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LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN

CONSIDERACIONES SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA PUNTUACIÓN

 

 

             La  efectividad de la comunicación escrita de tipo  in­formativo  depende de saber escoger las palabras,  frases  y oraciones  adecuadas,  saber ordenarlas y expresarlas con  claridad,  precisión,  coherencia y  continuidad.  Esto implica  un proceso lógico que no nos detenemos a examinar cuando nos comunicamos oralmente.  Pero  sentarse a escribir  es ya otro asunto; entonces es cuando nos percata­mos  de que existen o deben existir relaciones y  secuencias lógicas  y  gramaticales,  medios  de enlace  oracionales  y extraoracionales; y también segmentaciones, pausas lógicas y límites que no pueden expresarse por medio de palabras, sino por medio de señales, marcas o signos peculiares del lengua­je escrito: los signos de puntuación.

            

             Sabemos que enseñar a usar los signos de puntuación no es una solución al problema de la redacción en las escuelas, pero  estamos  convencidos  de  que  del  dominio  de  ellos depende  en  gran medida la correcta y clara  formulación  e interpretación del mensaje escrito.  Podemos incluso afirmar que es la puntuación la que determina en última instancia la correcta  distribución  del pensamiento en  un  escrito.  En consecuencia,  del  justo  uso de los signos  de  puntuación depende  en  gran medida la efectividad de  la  comunicación escrita.  Esto es así porque los signos de puntuación no son un simple detalle ortográfico, expresan relaciones sintácticas, discursivas y lógicas en la expresión escrita del pensamiento

 

            La  enseñanza de las relaciones lógicas que se  esta­blecen  a  través  de los nexos o medios  de  enlace   entre proposiciones,  oraciones y párrafos debería ser, quizás, un paso previo (si no simultáneo) a la enseñanza de los  signos de  puntuación.  Lo ideal sería,  en realidad,  encontrar la forma de enseñar conjuntamente todo: las nociones básicas de la redacción y de la gramática; las relaciones y enlaces extraoracionales, y la puntuación.  Una labor así requeriría de un cuidadoso estudio aplicado al texto completo, es decir, al escrito total como una  unidad  de  comunicación, y de  allí partir,  en  orden descendente,   al  estudio  de  los  constituyentes  que  lo integran:  introducción, desarrollo, conclusiones; párrafos, oraciones,  proposiciones,  frases  y palabras.  Sólo así se podría  encontrar solución a muchos  problemas de  redacción que  están  fuera  del alcance de  la  gramática  oracional; también  se  encontrarían explicaciones más  adecuadas  para el  uso del punto y seguido y del punto y aparte.

 

           Sea cual  fuere  el camino elegido para  estudiar o enseñar la  puntuación (de la oración al  escrito  total o viceversa),  es  inevitable  el previo  o simultáneo estudio  de la teoría   gramatical  para  poder  entender  claramente las funciones y usos de los signos.   El  desconocimiento  de las funciones de  los  signos impide  a la persona que lee entender a cabalidad lo  leído, al  igual  que  priva a la persona que escribe  de  un  arma valiosa para formular y estructurar debidamente las ideas.

 

            El  aprendizaje de las funciones de los signos de puntuación  requiere de una práctica constante y gradual: al estudiar una segunda regla  sobre  un signo,  las prácticas  deben  incluir ejemplos  en  que  se  requiera  también  aplicar la  regla anterior,  y  así  sucesivamente  hasta  abarcar  todas  las reglas.

 

             El  dominio  pleno de la puntuación  podrá  obtenerse cuando  las prácticas hayan llegado al grado más elevado  de complejidad.   Esto  sólo  podrá  conseguirse  a  través  de prácticas  con  párrafos y escritos completos  formados  por varios párrafos.

 

            Las  relaciones  que  se  establecen  en  el  escrito completo  a  través  de los signos de puntuación  y  de  los conectores  o  medios de enlace (relativos y conjunciones), van más allá de la gramática oracional: tienen que ver con la expresión lógica del pensamiento discursivo.

 

            Por  ello el objetivo final ha de ser aprender a usar los signos al redactar el escrito total. La enseñanza de las reglas por separado y a través de ejemplos con oraciones  es sólo una vía, el primer paso, hacia el dominio de los signos en  un  escrito completo.  Y enseñar a marcar los signos  en escritos completos hechos (ya redactados) es otro paso hacia el  objetivo final:  usar debidamente la  puntuación  cuando redactamos nuestros propios escritos.

 

            El  uso  de  los  signos de  puntuación  es  a  veces facultativo y a veces obligatorio,  por lo que en  ocasiones se  hace  necesario presentar propuestas o alternativas antes que reglas  fijas. Debemos hacer énfasis en cuáles son los usos obligatorios  y cuáles los facultativos. Estos últimos dependen del contexto y del estilo; y el estilo varía según los autores, según los tipos  de  escrito en la comunicación ordinaria,  según  los géneros literarios y según las épocas.

 

            Un texto sin signos de puntuación  puede  ser  inter­pretado, generalmente, de varias maneras;  en  consecuencia, puede  ser puntuado también de varias formas.  Y muchas  veces ocurre que puede usarse un signo en lugar de otro:  la  coma en vez del punto y coma,  el punto y coma en lugar  del pun­to,  los  dos  puntos  en vez del punto y coma  o del punto, las rayas en lugar del paréntesis.  Como también ocurre que en un mismo  lugar  haya la posibilidad de usar uno de entre tres o  más signos.

 

            Para terminar, queremos recalcar que, al enseñar la puntuación, es  muy importante deslindar bien los  límites  entre las   reglas   de  puntuación  y  también   comprender   sus relaciones.  Por ejemplo,  en cuanto al uso de la coma,  hay reglas   que   incluyen  otras   reglas,   o   sea,   reglas más generalizadoras:  los  ilativos incluyen las  conjunciones explicativas, algunas consecutivas, algunas adversativas y una gran variedad de locuciones conjuntivas, adverbios y locuciones adverbiales; las expresiones explicativas pueden ser  adjetivos,  frases,  proposiciones adjetivas, aposiciones  y  reiteraciones;   los  incisos   --la   más generalizadora  de  las reglas-- incluyen el vocativo, la interjección, el hipérbaton, los ilativos y todas las expresiones explicativas.

LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN

 

LA COMA (1)

 

1. USO DE LA COMA PARA SEPARARAR LA SERIE Y EL VOCATIVO

 

1.1. Serie

 

        Debe usarse coma para separar los elementos de una  se­rie,  es decir,  elementos análogos de una enumeración.  Las  series pueden ser de palabras,  frases o  proposiciones.  El requisito  de  las  series es que sus  constituyentes  deben  ser homofuncionales;  pueden,  por tanto, aparecer en una misma serie palabras, frases y proposiciones.

 

Ejemplos:

 

  • Compré manzanas, peras, uvas, melocotones y cerezas.

  • Compré  manzanas  verdes,  peras,  cerezas de  varias clases y uvas sin semillas.

  • Miguel, Orlando, Rita y Patricia se fueron.

  • Miguel,  la  hija  de  Orlando,  Félix y  mi  vecino organizaron todo.

  • Eres sabio, prudente y cortés.

  • Eres sabio, muy cortés y un poco prudente.

  • El  invierno,  la basura,  la pobreza y el hambre han llegado.

  • La  nueva  directiva  tomó posesión,  convocó  a  una asamblea,  aprobó  un reglamento provisional  y  creó otras dos sucursales.

  • Todos mataban,  todos se compadecían,  ninguno  sabía detenerse.

  • Gritó,  corrió por el pasillo,  lloró, amenazó a todo el mundo y tiró a la basura el trabajo.

  • Quiero que escribas la carta,  leas el libro y pintes el cuadro.

 

Observaciones:

 

1.1.1. No se usa coma cuando los elementos están unidos por las conjunciones  y , ni, o.

          Antes  de la conjunción “y” se usa coma cuando se trata de propo­siciones  y  el  sujeto de la proposición que sigue a la  “y”  es diferente  al  de la anterior,  es decir,  en  proposiciones  con diferente sujeto.

Ejemplos:

  • Su  estilo  es elegante y cuidado,  y su lenguaje  es selecto.

  • Al apuntar el alba,  cantan las aves,  y el campo  se alegra, y el ambiente cobra movimiento y frescura.

  • Ven  a  la orilla de esta  playa,  cierra  los  ojos, espera, y te llevarán las olas.

  • Llegaré  rodando  y romperé riéndome en  tu falda,  y nadie sabrá en el mundo dónde estamos tú y yo.

  • El  problema afecta sobre todo a los maestros,  y los moradores de La Pintada piden al M.O.P.  que se le dé pronta solución al problema.

  • Lo  escuchábamos  jóvenes y adultos,  y  su  voz  nos deleitaba a todos.

  • La  ventana volvió a cerrarse,  y los rostros de  las mujeres volvieron a desaparecer.

  • Pinta sólo lo que el rey le manda,  y el rey le manda muy pocas veces.

 

1.1.2. Sobre el  uso  de  la coma  antes   de  las  conjunciones  “y,  e,  ni,  o, u”,  la  RAE  explica  lo siguiente:

 

          “Sin embargo, se coloca una coma delante de la conjunción cuando la secuencia que encabeza expresa un contenido (consecutivo, de tiempo, etc.) distinto al elemento o elementos anteriores.  Por ejemplo:

           Pintaron las paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los muebles, y quedaron encantados.

           También cuando esa conjunción está destinada a enlazar con toda la proposición anterior, y no con el último de sus miembros. Por ejemplo:

           Pagó el traje, el bolso y los zapatos, y salió de la tienda.

           Siempre será recomendable su empleo, por último, cuando el período sea especialmente largo. Por ejemplo:

           Los instrumentos de precisión comenzaron a perder su exactitud a causa de la tormenta, y resultaron inútiles al poco tiempo.”

 

1.1.3. En   otras   ocasiones   se   usa   coma   antes  de   la   conjunción   “y”   por   razones

          estilísticas;  otras veces,   para  que  el  mensaje sea  más  claro en casos en  que  esta

          conjunción se usa varias veces en la oración.

 

Por razones estilísticas:

 

  • Nos parece haber perdido peso,  nos sentimos  capaces de  todo,  y advertimos con sorpresa en nosotros  una súbita posibilidad de heroísmo.

  • Escuchó el canto de las aves,  y percibió el murmullo del río, y contempló la montaña.

  • Se vendían animales embalsamados: boas del Amazonas, armadillos polvorientos,  camaleones,  onzas, y hasta un caballo erguido sobre un pedestal de madera verde.

  • La vida se les escapó de entre las manos, se hizo por completo insumisa, y hoy anda suelta, sin rumbo cono­cido.

  • Sofía lo arropó,  lo arrulló, le puso una compresa de vinagre  en  la  frente,  y fue al almacén  para  que Carlos pormenorizara el tratamiento.

 

Para que el mensaje sea más claro:

 

  • Compré  legumbres,  verduras  y frutas,  y  noté  que estaban caras.

  • Hizo  ejercicios  diariamente  y  con  moderación,  y descansó lo necesario.

  • Dice  con  sobriedad,  acciona con templanza  y  buen gusto, y se mueve con ligereza y sencillez.

  • Este autor tiene un estilo elegante y cuidado,  y  un lenguaje selecto y sencillo.

  • En  ese  momento llegaron el  abogado,  el  juez,  el acusado y su esposa, y el acusador y sus padres.

  • Regaló una bolsa y un libro a Pedro, y a María le dio sólo un cuaderno.

  • Verdad  es que  Arato,  el poeta de  “Los  fenómenos”, Eratóstenes el polígrafo,  y el gramático y humanista Crates de Malo, navegan con bandera de estoicos, pero surcan otros mares ajenos a la filosofía.

  • En  el  Barroco  español,   Francisco  de  Quevedo  y Villegas,  y  Luis  de Góngora y  Argote  fueron  las figuras  cumbres del Conceptismo y del  Culteranismo, respectivamente.

  • La directora saludó a los maestros, y a los profesores los felicitó efusivamente.

  • La directora saludó a los maestros y a los profesores, los felicitó efusivamente.

 

1.1.4. La  coma antes  de las conjunciones  “y,  ni, o” puede  deberse a la aplicación de otras reglas: incisos, expresiones explicativas, hipérbaton, vocativo, ilativos, etc.

      Ejemplos:

  • Él silbaba, a pesar de lo ocurrido, y sonreía.

  • Ella, que es tu hermana, e Inés te ayudarán.

  • No trajiste tu cuaderno, Méndez, ni tu lápiz.

  • Tienes dos alternativas:  hacerlo bien,  lo mejor que puedas, o no hacerlo.

  • El jefe hizo una mueca indescifrable, contrayendo sus abultados labios, y se marchó enseguida.

  • No te distraigas, hombre, y termina rápidamente.

  • Se decidió, pues, y fue a buscar las herramientas.

  • Esa prueba fue difícil, en verdad, y muy extensa.

  • Hazlo de la otra manera,  como te lo expliqué ayer, y verás que es más fácil.

  • Ve, por lo tanto, y exhorta a los demás.

 

 

1.2. Vocativo

 

         Debe usarse coma para separar el vocativo.  Vocativo es la palabra o frase que representa a quien se llama o invoca;  es el nombre de la persona o cosa personificada a quien se le dirige la palabra.

         El vocativo puede ocupar cualquier lugar en la oración.  Si va al comienzo,  va seguido de coma;  si va intercalado, va entre comas; si va al final, va precedido por coma.

 

Ejemplos:

  • Amigo, escucha lo que te digo.

  • Escucha, amigo, lo que te digo.

  • Escucha lo que te digo, amigo.

  • Maria Luisa, corre.

  • Te agradezco, Yadira,  lo que has hecho por mí.

  • Te agradezco lo que has hecho, Yadira.

  • Navega, velero mío, sin temor.

  • Recoge tus cosas, hermano.

  • ¡Ampárame, Dios mío!

  • Dígame, señor Jaén, ¿vinieron todos?

  • Compórtate bien, Luzmila.

 

Observación:

 

1.2.1. No debe confundirse el vocativo con el sujeto de la oración.  Por ejemplo, en la oración

          "Te agra­dezco  lo  que  has  hecho,  Yadira.”,   el   sujeto   es   “yo”   (sujeto  tácito)   y

          el vocativo es “Yadira”.

LA COMA (2)

 

USO DE LA COMA EN EL HIPÉRBATON Y LA ELIPSIS VERBAL

 

1.Hipérbaton

 

       En muchas ocasiones, se usa coma  cuando hay hipérbaton,  esto es,  alteración  del orden lógico de la oración.

         

       En la oración simple se usa coma cuando el elemento en hipérbaton es extenso,  y a veces por razones estilísticas; gene­ralmente no es necesaria la coma cuando la oración simple está en hipérbaton.  Ejemplos de oraciones simples en hipérbaton con comas:

 

  • En  el patio de la casa de Armando, los niños jugaban sin advertir el peligro.

  • Por un sendero largo, recto y angosto, llegamos al caserío indígena.

  • Hoy, todo me parece más insignificante.

  • En la tarde, Laura abandonó su casa.

 

       En la oración compuesta la coma es obligatoria cuando  la proposición subordinada se antepone a la principal.  Esto ocurre con las proposiciones inordinadas adverbiales y con las propiamente tales concesivas, condicionales y causales.

 

Proposiciones inordinadas adverbiales en hipérbaton:    

 

  • Como le indicaron sus padres, realizó las tareas asignadas.

  • Donde hubo fuego, cenizas quedan.

  • Cuanto necesitaba para ese proyecto, Marcos lo consiguió en mi tienda.

  • Cuando  llegue la luna llena, iré a Santiago de Cuba.

  • Porque  amaste a tres hombres en tres años,  te juzgan una infiel...

  • A fin de que se depuren responsabilidades,  contraten ustedes a dos auditores.

  • Mientras  más  conozco a la  gente,  más quiero a  mi perro.

  • Repitiendo que no lo había hecho, caminaba lentamente hacia el pupitre del director.

  • Cuando la comida es abundante, los carneros machos de las montañas Rocallosas engordan y toman fuerza para la época en que pelearán por las hembras.

 

Proposiciones subordinadas propiamente tales en hipérbaton:

 

Concesivas:

  • A pesar de que se  esforzaron,  no lograron lo que se propusieron.

  • A  pesar de que no invirtieron mucho,  sus  ganancias resultaron elevadas.

  • Con  todo y que hay crisis de energía,  la destilería incrementó la producción.

  • A  pesar de que se lo expliqué varias  veces,  no  lo hizo como se lo indiqué.

  • Aunque te empeñes, no lo lograrás.

  • Si  bien la máquina funcionó,  no se logró una  buena producción.

  • Por más que lo disimule, se le nota en el rostro.

 

Condicionales:

  • Si estás de acuerdo con nosotros, debes venir.

  • Si  no  estuviera  seguro de esta  inversión,  yo  no arriesgaría todo mi capital.

  • Con tal que los clientes   no   sean morosos, mantendremos los precios como hasta ahora.

  • Si llegas temprano, no lo notarán.

  • Con que te arrepientas, te disculpará sin rencor.

  • Siempre y cuando confíes en mí, te diré la verdad.

  • En  caso de que llegue tarde,  espérame diez  minutos más.

  • Como llegues  tarde a la fiesta,  tus amigos se disgusta­rán.

 

Causales:

   .  Ya  que las luces están apagadas,  supongo  que  está durmiendo.

  • Porque  no había llegado al trabajo, me imaginé  que estaba enfermo.

  • Debido a que llegaron muy tarde, supuse que habían tenido problemas.

  • Dado que se retiraron descontentos, me imagino que no volverán.

 

Observaciones:

 

1.1. Obsérvense varios  casos en que  puede evitarse la  coma  cuando hay  hipérbaton  en la oración simple:

 

  • Allí no estaba su hermano.                               = circunstancia  de lugar.

 

  • Ayer fui a la playa.                                           = circunstancia de tiempo

 

  • Asombrado quedó el juez .                              = predicativo subjetivo

 

  • Fácilmente resolvió el problema.                      = circunstancia de modo

 

  • En el patio jugaban los niños.                          = complemento circunstancial de lugar

 

  • Por tu culpa perdí mi dinero.                            = complemento circunstancial de causa

  • Muy poco conseguimos esa vez.                     = circunstancia de cantidad

 

  • Varias casas rifaron el año pasado.                  = objeto directo

 

  • A Marta le regalé un vestido.                            = complemento indirecto

 

1.2. La  coma es obligatoria  si  el hipérbaton  constituye  una proposición  o  si en la circunstancia o complemento circunstancial que va en hipérbaton se incluye una proposición:

 

  • Cuando llegaste a la fiesta, casi todo se había terminado.

  • La tarde en que eso ocurrió, yo no estaba allí.

  • En el salón donde se reunieron, las sillas estaban ordenadas de manera perfecta.

 

1.3. Por  lo  general,  no  deben  separarse  por  coma  el  sujeto  y  el  predicado,  aunque  la oración esté  en  hipérbaton.   Excepto cuando el mensaje se presta a confu­sión  (cuando la oración resulta ambigua), cuando el sujeto  es extenso y cuando van uno al lado del otro el verbo principal y el verbo de una proposición subordinada adjetiva o sustantiva.

 

Ejemplos de oraciones en que no debe usarse coma entre el sujeto y el predicado:

 

  • Todos los invitados   llegaron anoche.

  • Llegaron anoche   todos los invitados.

  • La hija de mi madrina   es muy bonita.

  • Es muy bonita   la hija de mi madrina.

  • Estaba muy triste   mi hermano

 

En las siguientes oraciones debe usarse coma para indicar dónde termina el sujeto,  pues sin la coma las oraciones pueden ser interpretadas de dos maneras:

 

  • La  joven de la que te hablé ayer,  se fue para  Lon­dres.

  • La  joven  de  la  que te hablé,  ayer  se  fue  para Londres.

  • Quien lo resuelva en veinte minutos, se irá a casa.

  • Quien lo resuelva, en veinte minutos se irá a casa.

  • Gentes  envueltas  por  pelotones  que  atacaban  por cuatro calles, se daban a la fuga.

  • El  hombre perfecto en algo,  siente la  fruición  de faltar  alguna vez a sus propias normas y  caer,  por decirlo así, en pecado.

  • Quienes actuarán primero, deben firmar aquí.

  • Los que llegaron cuando tú no estabas,  me explicaron las razones.

 

Oraciones en las cuales se usa coma  porque el sujeto es extenso:

 

  • La  verdadera prueba de que se ha nacido con grandes cualidades, estriba en haber nacido sin envidia.

  • El examen de ciertos periódicos coloniales sepultados en  estériles bibliotecas privadas,  podrá enriquecer la documentación sobre la vida musical habanera durante los primeros años del siglo XIX.

  • La  misma circunstancia negativa de que hayamos  sido mucho tiempo pueblos de cultura colonial o importada, nos  adiestró para buscar fuera de nuestras fronteras los elementos indispensables a nuestra representación del mundo.

  • La  lectura  de las buenas obras  que  le  regalaron, alimentó su espíritu sencillo y noble.

  • Esta hermandad perfecta, esta relación cordial  y esa noble actitud de desprendimiento, son  los  elementos que han logrado la unión de este grupo.

  • El  presidente de esta sociedad y todos los  miembros que  la integran,  han determinado llevar a  cabo  la actividad programada.

  • Los  profundos conceptos emitidos por el conferencis­ta,  la elocuencia de sus palabras y la precisión  de los ejemplos que usó, impresionaron al público.

 

Ejemplos en los que se usa coma entre el  sujeto y  el  predicado debido a que van continuos el  verbo de las proposiciones inordinadas (adjetivas o sustantivas) y el verbo principal:

 

  • Los  tratados que las potencias celebran,  tienden  a aplazar constantemente el conflicto.

  • El que lo dude, lea la obra de ese autor.

  • El blanco que se aísla, aísla al negro.

  • Quien lo ignora,  ignora también las causas.

  • El que mucho escoge, escoge lo peor.

  • Quien  muy  temprano se levanta, pierde su  rato  de  sueño, de su cuerpo no es dueño y con cualquier visión se espanta.

 

1.4. Hay   ocasiones   en   que   se   usa   coma    para   separar   la   proposición   principal    de la subordinada  en  las subordinadas  propiamente tales,  aunque no estén en hipérbaton. El uso de la coma cuando estas oraciones aparecen en orden lógico es a veces facultativo,  y a veces es obligatorio.   En  las concesivas  se usa a veces la coma; en las causales y en las de relativo debe usarse la coma; en las condicionales y las consecutivas generalmente no se usa la coma, pero se permite en  algunos casos.  Vea­mos cada una de estas situaciones:

 

Concesivas:

 

  • Lo haremos a pesar de que no estés de acuerdo.

  • Iré aunque no me hayan invitado.

  • No  lo hizo como se lo indiqué,  a pesar de que se lo expliqué varias veces.

  • La  firma  no  fue  rematada,  a  pesar  de  que  los propietarios eran insolventes.

  • Me  quedaré  aquí,  aunque  todos  estén  disgustados conmigo.

  • Las letras tienen amargas raíces,  si bien son dulces sus frutos

 

Causales:

 

  • Habrá  ocurrido  algo importante,  porque  todos  van hacia allá.

  • Debe  de estar enfermo,  porque hoy no ha  venido  al trabajo.

  • Supongo  que está durmiendo,  ya que las luces  están apagadas.

 

De relativo:

 

  • Llegaste en primer lugar, lo cual quiere decir que te premiarán.

  • Sólo he hecho la mitad,  lo cual significa que tendré que trabajar toda la tarde.

  • No  hay medio de transporte,  lo que quiere decir que iremos a pie.

 

Condicionales:

 

  • Saldré el próximo lunes si consigo el dinero.

  • Debes venir si estás de acuerdo con nosotros.

  • Dame pronto una respuesta, si estás de acuerdo con lo que te he planteado.

  • La  subasta  será  pronto,  con tal  que  se  anuncie previamente por la prensa local.

  • Dile que ya lo sé, en el caso de que llame.

  • Te diré la verdad, siempre y cuando confíes en mí.

 

Consecutivas:

 

  • Llovió tanto que las calles quedaron anegadas.

  • Corrió tanto que quedó cansada.

  • Tanto va el cántaro al agua, que al final se rompe.

  • Hace tanto tiempo, que ya no me acuerdo de eso.

  • Vive tan lejos del centro, que siempre llega tarde.

 

1.5. También  debemos tomar en cuenta que el hipérba­ton puede ir intercalado:

 

  • Su hermana, cuando regresó de Roma, me lo contó.

  • Ella  se  enteró,  al llegar a la feria,  de que  los organizadores le habían mentido.

  • Pudimos observar,  en el patio de la casa,  una  gran cantidad de escombros.

  • Todos los invitados, en orden y en silencio, entraron a la sala.

 

 

2. Elipsis verbal

 

      Debe usarse coma  cuando hay  elipsis verbal; es decir, en lugar del verbo omitido se marca una coma.  Ejemplos:

 

  • El  vendedor  depende  del  distribuidor;  éste,  del fabricante­.

  • Nina es profesora; Rosa, secretaria.

  • Mis agentes distribuyen en la ciudad;  los suyos,  en el campo.

  • La  primera  parte  de la obra  era  interesante;  la segunda, insípida; la tercera, aburrida.

  • Ella redactó la carta; él, el informe.

  • Ellos irán en auto; nosotros, a pie.

  • El cantante es francés; y la esposa, española.

  • Él es contador; y ella, taquígrafa.

  • ---¿Necesitas algo ahora?

    ---Para hoy, nada.

  • Los niños, por aquella puerta.

  • El  turno  de la mañana termina a las  once;  el  del mediodía,  a las tres; el de la tarde, a las siete; y el de la noche, a las diez.

  • Para   los   títulos  use  tinta  negra;   para   las correcciones, tinta blanca; para el texto, azul; para subrayar, verde; y para las notas al calce, roja.

LA COMA (3)

 

USO DE LA COMA EN LAS CONJUNCIONES CAUSALES, ADVERSATIVAS Y CONSECUTIVAS.

 

 

1. Conjunciones causales

 

        Antes  de las conjunciones causales,  generalmente,  se usa coma.  Son conjunciones causales:  porque,  pues (con valor de porque), ya  que, puesto que, debido a que, dado que, en vista de que, etc. 

 

Ejemplos:

 

  • No vendrá a la fiesta esta noche, porque está muy enfermo.

  • Se enteró de todo, pues es sumamente detallista.

  • Pelearé por ello, puesto que lo merezco.

  • Lo pagarás tarde o temprano, ya que eres el culpable.

 

Observaciones:

 

1.1. Hay  casos  en que no se usa coma antes  de  las conjunciones  causales: a  veces no se

      usa por­que no es necesaria, y a veces, por razones estilísticas­.

 

Ejemplos:

 

  • Lo hice porque me obligaron a hacerlo.

  • Vine porque me obligaron.

  • Callé debido a que me convenía callar.

  • Vino  ya  que no había  otra  alternativa;  pero,  en realidad, no cooperó en nada.

  • Según los científicos, el Sol y miríadas de estrellas pueden  continuar  produciendo  calor y  luz  durante muchos millones de años porque no se trata de fuegos, sino de centros de reacciones nucleares.

  • Siguió  nadando, animado porque en su corazón  había brotado una especie de confianza.

  • No  tienen conciencia de clase porque no  forman una clase;  ni  siquiera  intuyen lo que es la  lucha de clases.

  • Todo  esto me parece perder el tiempo;  no porque  no entiendas  lo  que te enseño, sino porque me  da  la impresión  de que la teoría, en vez de servirte, te puede perjudicar.

  • El albergue sigue abierto porque se alojan en él  las misiones militares.

  • Se quedará aquí no sólo porque carece de medios para irse, sino por su espíritu de rebeldía.

  • Respondiste porque era tu deber; no porque estuvieras convencido.

 

1.2. La conjunción  pues tiene dos usos:

 

          a. Conjunción  causal (pues = porque).  En  este caso va precedida de coma:

 

  • No vendrá,  pues está enferma.

 

          b. Conjunción  consecutiva  o  expresión ilativa (pues = por lo tanto).  En este caso,

              puede ir intercalada entre comas o al final precedida de coma:

 

  • No había quién lo ayudara; se quedó, pues, solo ante el peligro.

  • No había quién lo ayudara; se quedó  solo ante el peligro, pues.

          

               Con valor consecutivo, el pues no puede usarse en medio de dos proposiciones.

 

1.3. Cuando  la conjunción  porque  equivale a  para que,  no va precedida de coma.  En

          este caso  porque  es conjunción  de  finalidad.   Ejemplos:

 

  • Rezaré porque te vaya bien.

  • Se desvivió porque la fiesta fuera un éxito.

  • Estuve  rogando  porque  no se le  ocurriera  a  mis padres darse una vuelta por acá.

 

1.4. Cuando  las  conjunciones  causales  introducen  proposiciones  subordinadas

       propiamente tales,  la coma es obligatoria:

 

  • La señora Castro debe de estar enferma, porque hoy no ha venido al trabajo.

  • Habrá habido un accidente,  ya que todos corren hacia allá.

  • No debe de haber ido, ya que no lo vi.

  • Lo habrán premiado, porque todos lo felicitan.

  • Deben de ser las seis,  puesto que están saliendo  los empleados del taller.

  • Tu  jefe debe de estar disgustado,  ya que hoy no nos ha saludado.

 

1.5. Actualmente  se  está  usando  mucho  la  expresión  “toda vez que” con  función  causal, 

       pero  los gramáticos consideran una fea incorrección esta frase galicada. Ejemplo:

 

  • Los dueños de esas empresas presentarán una demanda, toda vez que no se ha encontrado una solución a sus problemas.

 

 

2. Conjunciones  adversativas

 

         Antes  de  algunas conjunciones adversativas  se usa coma. Las conjunciones adversativas que generalmente van precedidas de coma son las siguientes: pero, mas,  aunque,  sino,  sino que, más bien, fuera de, excepto, salvo, menos (= excepto), mientras, mientras que, empero.

La coma es necesaria en oraciones como las siguientes:

 

  • No estaba disgustada,  sino que estaba preocupada por lo que le había ocurrido­.

  • Llegó a tiempo,  pero no trajo lo que nos había prometido.

  • Me han invitado, aunque no sé si iré.

  • No vende sus fincas, sino que compra más.

  • Llegaron  temprano  todos  los   invitados, excepto Andrea.

  • Lo hizo, aunque de mala gana.

 

Observaciones:

 

2.1. Hay  casos en que  el uso  de esta coma es facul­tativo;  también  hay  ocasiones  en  que 

      no  debe usarse coma y ocasiones en que  no  se  usa  por  razones  estilísticas.  Veamos

      algunos ejemplos en que es preferible no usar las comas:

 

  • No es negro sino gris.

  • No es bonita sino graciosa.

  • Es feo pero amable.

  • Una  situación confusa pero interesante se  presentó entonces.

  • La verdad no es otra sino ésa.

  • Eran pedazos de madera rústicos pero útiles.

  • El   agua  no  conseguía  sino  levantarlo un poco solamente.

  • Ernesto no hacía sino hablar de Justo.

  • Eso no se esclareció sino después de la Edad Media.

  • Sobre  la distancia que nos separa de las  estrellas, no  se  dio  una  respuesta  cierta  sino  hasta  los comienzos de la era industrial.

 

2.2. La conjunción “aunque”  tiene dos funciones:

 

          a. Conjunción  coordinante  adversativa (cuando equivale a pero). Ejemplo:

  • Me han invitado, aunque no sé si iré.

 

          b. Conjunción  subordinante  concesiva (cuando equivale a  a pesar de que). Ejemplo:

  • Iré al cine, aunque llueva.

 

                En este caso admite hipérbaton:  Aunque llueva, iré al cine.

 

2.3. Algunas conjunciones adversativas funcionan como ilativos y se puntúan de manera diferente.

 

 

3. Conjunciones consecutivas

 

 Se usa coma antes de algunas conjunciones consecutivas: así que, conque, de manera

 que, de modo que.  Ejemplos:

 

  • Es tarde, así que apúrate.

  • Ya es la hora, conque vámonos.

  • Todo está bien, de modo que no te preocupes.

 

También puede usarse punto y coma antes de estas conjunciones, sobre todo si las proposiciones son largas.

 

Observación:

3.1. Las demás conjunciones consecutivas funcionan como ilativos y requieren una puntuación   especial (Ver la puntuación de los ilativos).

 

LA COMA (4)

 

USO DE LA COMA EN LAS EXPRESIONES EXPLICATIVAS, LOS INCISOS, LAS INTERJECCIONES, LAS PALABRAS ENFÁTICAS Y OTRAS EXPRESIONES.

 

 

1. Expresiones explicativas o aclaratorias

 

        Deben separarse con comas las expresiones explicativas o aclaratorias. Éstas son:  el adjetivo explicativo, la frase explicativa,  la proposición adjetiva explicativa,  la  aposición explicativa y la reiteración explicativa.

 

Adjetivo explicativo:

 

  • Ella, triste, se marchó sin decir nada.

  • Pensativo, el padre acarició al hijo.

 

Frase explicativa:

 

  • Panamá, a mi parecer, es un país hermoso.

  • Lo haré, sin falta, para mañana en la tarde.

  • Lo hizo, según pensamos, para vengarse.

  • Ella, muy triste, se marchó sin decir nada.

  • El padre, bastante pensativo, acariciaba al hijo.

 

Proposición adjetiva explicativa:

 

  • Llegamos al caserío,  el cual estaba rodeado de  aca­cias.

  • El bisonte, que estuvo en peligro de extinción,  hoy se  ha  recobrado  y vive protegido en  las  reservas naturales.

  • Telmo, quien estaba lejos de ahí, no oyó los gritos.

  • El  berrendo o antílope americano, que es parecido  a  los antílopes africanos,  alguna vez estuvo en peligro de extinción  a  pesar de ser el mamífero más  veloz  de América.

 

Aposición explicativa:

 

  • Llegaron a la morada de Circe, la hechicera de largas trenzas.

  • Ulises,  el  protagonista  de "La  Odisea",  era  muy sagaz.

  • Conocí a Vilma, joven muy inteligente.

  • Vilma, joven muy inteligente, vive con sus tías.

 

 

Reiteración explicativa:

 

  • Lo dijiste tú, tú mismo.

 

Observaciones:

 

1.1. Las  proposiciones  adjetivas especificativas no se separan por comas.  Ejemplos:

 

  • La casa que vimos costó medio millón de dólares.

  • El sobre cuyo contenido desconocemos es éste.

  • Analizaré bien la situación en que estamos.

  • El vestido por que se decidió es muy caro.

  • La cafetería donde lo viste anoche es de su padre.

 

Cuando  las proposiciones especificativas forman parte de un sujeto que resulta muy extenso, puede usarse  coma  al  final  de   ellas;   y   debe   usarse obligatoriamente, aunque la proposición adjetiva no sea extensa, en los casos en que la oración resulte ambigua sin la coma.

 

Ejemplos:

 

  • Las mujeres que me saludaron con grandes  expresiones de afecto y gritos de alegría, eran mis tías.

  • Las  jóvenes  que  se habían  reunido alrededor  del famoso guitarrista  español  Andrés  Segovia,   le  pidieron autógrafos.

  • Este  enjambre  de pueblos occidentales que partió  a volar  sobre la historia desde las ruinas  del  mundo antiguo,  se  ha caracterizado siempre por una  forma dual de vida.

  • La muchacha  a quien me  presentaste anoche,  habló con mi madre.

  • La muchacha a quien me  presentaste,  anoche habló con mi madre.

  • La  señora  que  se bajó en la parada donde  está  la ferretería,  fue muy grosera con el conductor.

  • La  señora  que se bajó,  en la parada donde está  la ferretería fue muy grosera con el conductor.

 

1.2. Las  proposiciones  adjetivas  introducidas  por   los  relativos  “quien” (quienes)  y  “el

          cual” (la cual, los cuales,  las cuales) son obligatoriamente explicativas cuando estos  relativos  van sin preposición.   Cuando dichos  nexos  se acompañan de preposición, las proposiciones serán especificativas o  explicativas según la intención del mensaje (o del  hablante).  Con los demás relativos (con o sin preposición) las proposiciones adjetivas  podrán ser especificativas o explicativas, según la intención del hablante.

Ejemplos de proposiciones obligatoriamente explicativas con los relativos “quien” y “e1 cual":

 

  • El  jornalero Ruiz,  quien faltó ayer,  no  cobró  el salario completo.

  • La  Arabia Saudita,  la cual produce mucho  petróleo, está en el Oriente Medio.

  • El cargamento iba destinado a la ciudad de Bahía,  la cual queda en la costa brasileña.

  • La Discordia,  la cual jamás se sacia de lágrimas, se regocijaba a la vista del combate.

  • Esa niña, la cual resolvió el dilema, es muy astuta.

  • Ellos,  quienes no saben adónde voy,  están locos por averiguarlo.

Cuando el relativo que equivale obligatoriamente  a los  re­lativos "el cual" o "quien",  la  proposición adjetiva es  expli­cativa y, por lo tanto, debe ir entre comas:

 

  • Silvio,  que había estudiado mucho, lo resolvió a los diez minutos.

  • El alce,  que se identifica con Canadá, frecuenta los lagos, donde come la hierba que ahí crece.

  • Ella,  que es la hija de los dueños, no tiene por qué preocuparse.

  • Esa vaca negra,  que no sabemos de quién es,  llegó a este establo ayer.

  • Partió  para  Chorrera,  que  está  al  oeste  de la capital, antes de las once de la mañana.

 

Los  relativos  "donde”  y "cuyo" también introducen a veces, por el sentido del mensaje, proposiciones adjetivas obligatoriamente explicativas:

 

  • El río Chagres, donde abundan las tortugas, desemboca en el Lago Gatún.

  • Natá,  cuya iglesia es un monumento histórico,  es la más antigua ciudad del Pacífico panameño.

 

1.3. Las   proposiciones   adjetivas   de   relativo  propia­mente   tales  son  obligatoriamente

          explicativas.   Éstas  van  introducidas por los relativos  “lo que" y  "lo  cual" (o por sus

          variantes:  por lo que, por lo cual).  Ejemplos:

 

  • Siempre trabajan juntos,  lo que quiere decir que son muy amigos.

  • Lo  castigó  varias  veces,  lo cual me  pareció  muy injusto.

  • Has  fracasado en el examen final,  lo que  significa que reprobarás la materia.

  • Trabaja en exceso, lo cual acabará con su salud.

  • Siempre dice le verdad,  por lo que deduzco que ahora no miente.

  • Tenías toda la razón, por lo cual me callé.

  • En algunas especies de carneros de Norteamérica,  las hembras tienen cuernos como los machos,  por lo que a veces es difícil diferenciarlos.

 

1.4. La  aposición explicativa  es un sustantivo,  una  frase sustantiva  o una proposición que

          va  al la­do de otro sustantivo o frase sustantiva,  y se usa para ampliar el concepto, para

          explicar algo más de ese sustantivo.   Ejemplos:

 

  • Simón Bolívar, el Libertador, nació en Caracas.

  • Ella conoció a Simón Bolívar, el Libertador.

  • "San  Cristóbal”,  obra de Ramón H.  Jurado,  es  una novela.

  • Leyó “San Cristóbal”,  obra de Ramón H. Jurado.

  • La pereza, reina de los pueblos, está acabando con la humanidad.

  • Panamá, puente del mundo, es un país admirable.

  • Ella, la que me amaba, se murió en primavera. 

 

La  aposición  que se separa por comas debe ser  explicativa, pues también las hay especificativas:

  • La dama soldado 

  • El rey poeta 

  • Juana la loca

  • Felipe el hermoso 

  • Juan sin tierra 

  • Isabel la católica

                               

También suele  separarse  con  dos  puntos la aposición explicativa:

 

  • La madre Teresa de Calcuta:  una mujer ejemplar

  • Lope de Vega:  El Fénix de los Ingenios

  • Alfonso Álvarez:  el empleado del mes

  • Franco Arenas:  el mejor vendedor

  • Uno de los grandes enigmas geográficos del mundo es el Kilimanjaro: la gran montaña del corazón africano.

 

 

2. Incisos

 

           Va entre comas todo constituyente intercalado (inciso) que interrumpe la oración para aclarar o ampliar lo dicho.

           Pueden  ir  intercalados  los  siguientes constituyentes: las  expresiones explicativas (adjetivo, frase, proposición y aposición),  los ilativos,  el vocativo y el hipérbaton.

 

2.1. Adjetivos explicativos intercalados:

 

  • Ella, inteligente, no se equivocó en la respuesta.

  • Algunos, maliciosos, investigaron más.

 

2.2.Frases explicativas intercaladas:

 

  • Estos niños, bastante inteligentes, lo resolvieron.

  • Ella, muy cansada, les llamó la atención.

  • Panamá, a mi parecer, es un país hermoso.

  • Ella es, entre mis amigas, la más querida.

  • Toda mi familia, incluido mi padre, estaba de acuerdo.

  • Lo haré, sin falta, para mañana en la tarde.

  • La verdad, según los políticos, se ha de sustentar.

 

2.3. Proposiciones explicativas intercaladas:

 

  • Ella, la cual es su hermana, lo ayudó siempre.

  • Las mujeres, las cuales trabajaron sin cesar, se van.

  • Claudio,  quien  era  muy suspicaz,  se  percató  del detalle.

  • Las verduras, que es lo que más consumimos, no se cultivan aquí.

 

2.4. Aposiciones explicativas intercaladas:

 

  • Aura, la esposa de mi hermano, se fue para Darién.

  • La Historia, materia importante, es muy amplia.

  • Atenea,  la  de los ojos de lechuza,  protegía a  los griegos.

  • Odín,  el dios de los vientos,  fue muy paciente esta vez.

  • América,  el  nuevo continente,  es el escenario  más propicio.

 

2.5. Ilativos intercalados:

 

  • Me dio todos los materiales,  en realidad, para hacer este trabajo.

  • Protestábamos, sin embargo, todos los viernes.

  • Ocurrió, en efecto, lo que yo esperaba.

  • Hay muchos ladrones;  es peligroso,  pues, salir  de noche.

 

2.6. Vocativos intercalados:

 

  • No  sé,  señores del jurado,  cómo pudieron tomar esa decisión.

  • Dime la verdad, Esteban, para decidir lo que haré.

  • Ya te he dicho, amiga mía, lo mucho que te aprecio.

 

2.7. Hipérbatos intercalados:

 

  • El secretario, en el momento crítico de la discusión, nos miraba a todos en vez de escribir.

  • Esto   será,  si  usted   lo   solicita,   discutido nuevamente.

  • Llegamos,   cuando   menos  lo  esperábamos,   a   la desembocadura del río.

  • Ella le dio, al amanecer, el álbum de fotos que le había escondido.

 

 

3. Interjecciones, palabras enfáticas y otras expresiones

 

         Debe  usarse  coma  para  separar las  interjecciones y las palabras o frases enfáticas.  También se debe usar para separar los siguientes datos: el lugar de la fecha, la ciudad del  estado o nación,  el distrito de la provincia, una obra de su autor y el apellido del nombre cuando se invierten los términos del nombre completo.

 

Ejemplos:

  • ¡Auxilio, me ahogo!

  • ¡Oh, qué necio eres!

  • ¡Ay!, me he lastimado.

  • ¡Bárbaro!, Claudio, ¿cómo fuiste capaz?

  • No podía, ¡sábelo Dios!,  actuar de otra forma.

  • Sí, iré mañana.

  • No, eso no fue lo que dije.

  • Cierto, así ocurrió.

  • No lograrás convencerme como crees,  ¡jamás!

  • Panamá, 30 de abril de 2002.

  • Valparaíso, Chile.

  • San Carlos, Panamá.

  • Fuenteovejuna, de Lope de Vega.

  • Villaverde, Ernesto

  • Clarín, Amanda Inés

 

SERIE Y VOCATIVO
HIPÉRBATON Y ELIPSIS VERBAL
CONJUNCIONES CAUSALES, ADVERSATIVAS Y CONSECUTIVAS
EXPRESIONES EXPLICATIVAS, INCISOS, INTERJECCIONES

EL PUNTO Y COMA (1)

 

1. Series complejas

     

        Debe usarse punto y coma para separar los consti­tuyentes  de una enumeración cuando dentro de alguno de ellos haya que usar coma por cualquier  razón; o sea, para separar series complejas.   Estas series pueden ser de palabras, de frases  o de proposiciones coordinadas; incluso pueden combinarse todas  estas  clases  de constituyentes.

 

Ejemplos:

 

          Necesitábamos  de  todo  para  la cocina:   carnes, jamones, leche y queso; trigo, avena,  cebada  y centeno; zanahoria,

          nabo y rábano; ajo, cebolla, ají y perejil; mango, aguacate y piña.

          Tenemos  en circulación tres vehículos de transporte: un camión para equipos pesados; una camioneta, no tan nueva  

          pero   en  buenas  condiciones,   para   la distribución urbana;  un automóvil, con sólo dos años de uso, para el traslado de

          nuestro agente-vendedor.

          Cantaban las aves; el campo se alegraba; el ambiente cobraba color, movimiento y frescura.

          El  hombre se sentó sobre la roca;  contempló el río, los arbustos y los grandes árboles;  miró, a lo alto, las nubes y la luna

          roja.

          La batalla está en los talleres;  la  gloria, en  la paz; el templo, en toda la tierra;  el poema, en la naturaleza.

          Me esforcé mucho; el trabajo, no obstante, quedó incompleto.

          La palabra refleja nuestra vida interior; revela, por decirlo así,  la intimidad de nuestra conciencia; es, pues, parte de

          nosotros mismos.

          El director leía la prensa;  el administrador  ojeaba las  revistas,   los  boletines  y  los  partes; el secretario abría los sobres,

          revisaba los telegramas y  separaba  las  cartas;  yo,  mirándolos  a  ellos, esperaba órdenes,  quizás  urgentes,  para

          empezar la tarea cotidiana.

          Pensábamos comprar lo siguiente:  manzanas, uvas, pe­ras y aguacates;  cuadernos y otros útiles escolares; calcetines

          negros, grises, celestes y blancos;  y al­gunas cosas más,  pues  ese día  teníamos  suficiente dinero.

          La  mano  traía alpistes sin  nombre,  alcaparras  de azufre,  ajíes  minúsculos;  bejucos que tejían redes entre  las  piedras;

          matas  solitarias,   de  hojas velludas,   que  sudaban  en  la  noche;   y   lianas rastreras,   que  se  trababan,  lejos  del  sol,

          en babeantes marañas.

          Nada bastó para  desalojar  al enemigo,  hasta que se abrevió el asalto por el camino que abrió la artille­ría;  y se observó

          que ninguno, de tantos como fueron deshechos en este adoratorio,  se rindió a la  merced de los enemigos.

 

Observaciones:

 

1.1. Cuando  esta  regla  se  aplica  a  las  proposiciones,  equivale  a  la  regla  que  estipula  que  se usa punto y coma para separar proposiciones en que se ha usado coma. Recuérdese que la regla sólo vale para las proposiciones coordinadas, o sea, en serie; no para las subordinadas.

 

1.2. Las  series  complejas  deben   separarse  con   punto y coma   aunque  los  dos  últimos constituyentes vayan enlazados por conjunción,  como puede verse en los  tres  últimos ejemplos anotados.

 

          Sin embargo, puede usarse una coma, en vez de punto y coma, antes de la conjunción del último constituyente de la serie: “En una relación cuyos elementos están separados por punto y coma, el último elemento, ante el que aparece la conjunción copulativa, va precedido de coma o punto y coma.  Ejemplos:

          En el armario colocó la vajilla; en el cajón, los cubiertos; en los estantes, los vasos, y los alimentos, en la despensa.

          Con gran aplomo, le dijo a su familia que llegaría a las tres; a sus amigos, que lo esperasen a las cinco; y consiguió ser

          puntual en los dos casos” (RAE, Ortografía, 1999,  pág. 59).

 

1.3. Cuando  los  elementos análogos  se  pueden separar  por  comas, hay  que  usar  este  signo para todos ellos; lo mismo se debe  hacer  si  se  usa  el  punto y coma.   Nunca se debe alternar el uso de la coma y del punto y coma para  separar elementos análogos, con excepción del caso en que se prefiera usar coma antes de la conjunción que encabeza el último elemento.

 

Ejemplos:

             Era hermoso, cantaban las aves, el campo se alegraba y el ambiente cobraba movimiento y frescura.

             Era hermoso; cantaban las aves; el campo se alegraba;  y el ambiente cobraba movimiento y frescura.

             Era hermoso; cantaban las aves; el campo se alegraba, y el ambiente cobraba movimiento y frescura.

 

 

2. Antes de algunas conjunciones en proposiciones largas

 

        Cuando las proposiciones son largas, se puede usar punto y coma antes de algunas  conjuncio­nes  causales,  adversativas y consecutivas que generalmente se separan con comas.  El punto y coma se hace imperativo cuando  dichas  conjunciones  separan constituyentes complejos en los que se han usado comas.

 

Ejemplos:

No podíamos culpar a los que en ese momento estaban limpiando y ordenando el lugar; puesto que ya habían pasado por ahí los del segundo y tercer nivel.

Tendríamos tiempo, sin duda, para visitar Santiago, Soná, Atalaya y Calobre; pues permaneceríamos en la provincia dos días más.

Recogimos todas  las  cosas viejas y nuevas que había en la casa; pero tuvimos  que esperar  por espacio de ocho horas asta cuando fueron a buscarnos.

Salieron los  soldados  a medianoche  y  anduvieron nueve horas  sin  descansar;  mas el  fatal estado de los caminos malogró la empresa.

Comparó  la civilización europea con la barbarie ame­ricana; pero no quiso atribuir la  divergencia  a las meras causas geográficas.

No  es un sabio,  porque ignora formalmente cuanto no entra  en  su  especialidad;   pero  tampoco  es  un ignorante,  porque es un “hombre de ciencia” y conoce muy bien su porciúncula del universo.

No eres responsable de nada de lo que ha ocurrido esta mañana; así que no temas por las decisiones que tomará papá.

El trabajo tenía aún muchos errores de contenido, de ortografía y de sintaxis; conque tuvimos que revisarlo cuidadosamente toda la tarde.

 

            Observaciones:

 

2.1. A veces,  cuando  las  proposiciones  son  extensas,  también  se usa  punto y coma  antes  de  las conjun­ciones concesivas  y  de  los  relativos  “lo que”  y  “lo  cual” en las proposiciones subordinadas propiamente tales.  Sobre todo, se usa el punto y coma si hay comas internas en el núcleo oracio­nal  o  en  la  proposición subordinada.

 

Ejemplos:

 

                El hombre,  quien  había comprado el regalo para  su hija  que cumplía años,  fue a la fiesta;  aunque  había llovido

                mucho todo el día.

                Te  prestaré el libro que me pediste el  mes  pasado, cuando regresaste de tu viaje;  aunque no te has comportado de

                la mejor manera conmigo.

                Cuando  lo  vi,  me  dijo que estaba  muy  satisfecho porque ella,  generalmente,  lo acompañaba a donde él iba;  lo

                cual quiere  decir que,  después  de  tanto intentarlo, la está convenciendo.

                El hombre que fue atropellado cuando cruzaba la calle está,  según dijeron en las noticias, en el hospital; lo cual

                significa que fue llevado allá por  alguien que se compadeció de él.

                Elías, quien es considerado el alumno más inquieto del salón, no comprendió la explicación del profesor, la cual fue

                claramente  entendida  por los demás;  lo que  quiere decir que fracasará cuando haya examen, pues el pro­fesor no

                repite las explicaciones en situaciones como ésta.

EL PUNTO Y COMA (2)

 

3. Elementos extensos de una serie

 

        Se  puede  usar   punto y coma   para   separar  los   constituyentes  de  una   enumeración  o  serie (frases o proposiciones) cuando son largos.

 

Ejemplos:

          El  ruido  del  viento  entre las ramas;  el chillido incesante de los insectos; el grito horroroso  de las fieras;  la  caída inclemente y cansosa de la lluvia; el estampido de los truenos:  todo  contribuía  a  mi inquietud y a mi espanto.

          Son las  primeras  horas del día;  una  luz opaca cae sobre el campo;  el  horizonte es de un color violeta nacarado;  una  neblina  tenue cierra la vista.

 

            Observaciones:

 

3.1. Las  frases y proposiciones anteriores pueden también  sepa­rarse por comas. Después de la primera proposición  del  segundo ejemplo pueden usarse dos puntos.

 

3.2. En muchos casos se puede optar por separar  con  punto y seguido  las  series  de proposiciones  que generalmente se separan con coma o con punto y coma.  La elección de uno u otro signo depende de la vinculación semántica que haya entre las proposiciones u oraciones: si la vinculación es débil, es preferible usar punto y seguido; si el vínculo es más sólido, conviene usar punto y coma o coma.

 

 

4. Proposiciones yuxtapuestas contrarias

 

         Deben  separarse  con  punto y coma  las  proposiciones yuxtapuestas  que expresan ideas contrarias  (opuestas, antitéticas).  Estas  oraciones se reconocen  porque  el  punto y coma  puede  reemplazarse  por  la  expresión  “mientras que”.

 

Ejemplos:

 

                   Ellos viven de la tierra; nosotros vivimos del mar.

                   Éstos son los útiles míos; aquéllos, los de Edna.

                   Errar es humano; perdonar, divino.

                   El guion está borroso; la coma sí se ve.

                   Ustedes  compran al crédito;  nosotros lo hacemos  al contado.

                   Las  fuerzas morales son como las físicas:  necesitan ser economizadas.  Los que, a cada paso, las prodigan las  pierden;  los  que

                   las  reservan,  con  prudente economía, las tienen mayores en el momento oportuno.

                   Los  empleados cumplidores serán  bien  gratificados; los incumplidores sólo recibirán  sus salarlos habituales.

                   Las ventas aumentaron  un poco; las compras disminuyeron algo; las devoluciones se mantuvieron al mismo nivel.

                   Enrique, a quien todos esperábamos,  no vino;  Julio, que no estaba invitado, se presentó de improviso.

                   Don Quijote representa al hombre  idealista;  Sancho, al materialista.

                   En  la ciudad domina el hecho de la relación entre el hombre  y el hombre;  en el campo domina la  relación entre el hombre y la

                   tierra.

 

            Observación:

 

4.1. También se pueden separar por punto y coma las proposiciones yuxtapuestas que no expresan ideas contrarias, sino que simplemente van en serie,  y que generalmente se separan por comas:

 

         Salimos para la ciudad a las diez de la mañana; llegamos a las once y media.

         Salió a las cinco de la tarde; llegó a su casa a las cinco y media; preparó la cena; comió moderadamente; ordenó los papeles del cuarto de

         estudio; salió al jardín a disfrutar del aroma de las flores.

 

 

5. Antes de los ilativos que van entre proposiciones

 

        Cuando los ilativos van en medio de dos proposiciones, generalmente van precedidos de punto y coma y seguidos de coma:

 

          No tiene los recursos; en consecuencia, no lo construirá.

          No tenía los recursos; sin embargo, lo construyó.

          Allí hay elipsis verbal; es decir, allí se omite el verbo.

          Llegábamos a las  siete; generalmente, empezábamos las prácticas a las ocho.

 

Este tema se trata ampliamente en  el artículo de los ilativos (Puntuación: Los Ilativos).

 

PUNTUACIÓN DE LOS ILATIVOS

  

      Se denominan ilativos a los conectores usados para darle “ilación” al razonamiento.  Ilación significa “trabazón razonable y ordenada de las partes de un discurso”.

 

        Los ilativos o expresiones ilativas constituyen un grupo de medios de enlace o conectores especiales (algunas conjunciones y una gran cantidad de expresiones) que tienen una forma de puntuación diferente a la del resto de las conjunciones simples o comunes;  ello se debe a que los ilativos se pueden mover dentro de la oración de manera diferente que el resto de los conectores.

 

       Los ilativos, que tienen como función dar coherencia y continuidad al lenguaje oral y escrito,  son conectores que no sólo unen proposiciones y otros elementos dentro de la oración, sino que también  sirven de vínculo o transición entre una oración y la(s) oración(es) anterior(es) y entre un párrafo y el(los) párrafo(s) anterior(es).  Cuando estos conectores establecen relaciones entre oraciones o entre párrafos, reciben el nombre de enlaces extraoracionales.

 

       En resumen, los ilativos tienen tres rasgos fundamentales: 1.Pueden moverse o ubicarse de forma peculiar en diferentes lugares de la oración y, por lo tanto, se puntúan de manera diferente al resto de los conectores.  2.Pueden funcionar como enlaces oracionales (entre constituyentes de la oración).  3.Pueden funcionar como enlaces extraoracionales (entre oraciones o entre párrafos).

 

        Las conjunciones especiales que funcionan como ilativos son las siguientes: las conjunciones explica­tivas (es decir,  o sea, esto es), algunas conjunciones consecutivas (por lo tanto, en consecuencia, por consiguiente, pues, pues bien, entonces, de ahí que) y algunas conjunciones adversa­tivas (sin embargo,  no obstante, por lo demás, por el contrario, por lo contrario, de lo contrario, al contrario, en sentido contrario, en cambio, antes,  antes bien, con todo).

      

        Entre las otras expresiones que funcionan como ilativos, se incluyen algunos adverbios terminados en “mente”, algunas locuciones adverbiales, expresiones que se usan para expresar orden o pasos, expresiones usadas para ejemplificar, etc.  Las veremos de manera detallada en las “Observaciones”.

 

       Los ilativos pueden ir en los siguientes lugares de la oración: 1.Entre dos proposiciones. 2.Intercalados en las proposiciones o en la oración simple.  3.Al inicio de las proposiciones o de la oración simple.  4.Al final de las proposiciones o de la oración simple.

 

      Si los ilativos van entre dos proposiciones,  generalmente van precedidos de punto y coma y seguidos de coma.  Si van intercalados en las proposiciones o en la oración simple, van entre comas.  Si van al inicio de las proposiciones o de la oración simple, van seguidos de coma. Y si van al final de las proposiciones o de la oración simple, van precedidos de coma.  

 

Ejemplos:

Estaba  lloviendo;  por  lo tanto,  llegamos tarde  a clases.

Estaba disgustado; por consiguiente, decidimos dejarlo solo.

Estaba lloviendo; llegamos, por lo tanto, tarde a clases.

No hizo nada, por lo tanto, esa noche.

Ésta es, pues, la verdad de todo.

Ésta es la verdad de todo, pues.

Sin embargo, muchos me apoyaron.

En consecuencia, hicimos el trabajo.

No obstante, aún te quiero; puedes estar tranquila, pues.

No estudiamos debidamente; en consecuencia,  no  nos fue bien en el examen.

Nosotros, por consiguiente, decidimos dejarlo solo.

Estaba  disgustado; decidimos, por  consiguiente, dejarlo solo.

La enfermedad me parece grave; es decir, más grave de lo que esperábamos.

Llegué tarde; por lo tanto, me atrasé en la clase.

Ellos, sin  embargo, me ocultaron la verdad.

Tu hermano es inteligente; sin embargo, nunca obtiene buenas calificaciones.

Me  esforcé  mucho;  no obstante,  el  trabajo  quedó incompleto.

Tales incidentes, sin embargo, no se repitieron.

Durante el invierno mueren muchos alces por la  falta de  alimento y por el ataque de los lobos;  sin  embargo, ésta  es una prueba de supervivencia que fortalece  a la especie.

La lluvia, sin embargo, deslució el acto.

 

         El ilativo  pues (conjunción consecutiva) no  se  puede  usar en medio de dos proposiciones; se usa intercalado (entre comas) o al final de la segunda proposición (precedido de coma).  También ocupa esas posiciones en la oración simple.  El pues que va en medio de dos proposiciones es conjunción causal y sólo va precedido de coma (ver el punto 1.5.2.).   

 

         Las conjunciones explicativas (es decir,  o sea,  esto es) que unen  proposiciones,  siempre  irán  en medio de las dos, precedidas de punto y coma  y seguidas de coma;  cuando se usan para unir otros elementos (no proposiciones) dentro de la oración,  van separadas por coma:

 

El director, o sea, Ricardo, ya dio la orden.

Su último libro, es decir, “Náutica”, se está vendiendo mucho.

 

Observaciones:

 

1.Como ya se explicó,  los  ilativos  no sólo unen  las proposiciones y otros constituyentes dentro de la oración, sino que además son conectores que sirven como elementos de transición para dar coherencia y continuidad a las oraciones dentro del párrafo y a los párrafos dentro del escrito total; por ello no es extraño encontrarlos, con frecuencia,  iniciando oraciones y párrafos, aparte de que suelen ocupar otras diversas posiciones en la oración (simple y compuesta).

 

       Cuando los ilativos funcionan como enlaces extraoracionales, generalmente se separan del resto de la oración por medio de comas:

 

Este verano, sin embargo, varios vecinos del inmueble tienen previsto poner en venta sus viviendas y otras pertenencias.  Por consiguiente, son previsibles numerosas visitas de posibles compradores.

 

        Además de las conjunciones especiales mencionadas al inicio de este tema, también funcionan como  enlaces extraoracionales otras conjunciones comunes: y, o, pero, mas, aunque, porque, etc.  Pero éstas no pueden ubicarse en los diversos lugares en que se ubican las conjunciones especiales que funcionan como ilativos.  Cuando estas simples conjunciones funcionan como enlaces extraoracionales, sólo pueden ir al inicio de la oración y no se separan por comas del resto de la oración.  Por ejemplo, el “pero” usado en la segunda oración de este párrafo.

 

2. Se  usan  como  ilativos  algunos  adverbios  terminados  en  el  sufijo "mente",  que desempeñan la función de modificadores oracionales. Estos pueden usarse al  inicio, intercalados  o al final de oraciones simples  o de proposiciones;  en estos casos van, generalmente, separados por comas.  También  aparecen en medio de  dos  proposiciones, uniéndolas;  entonces  deben  ir precedidos de punto  y  coma,  y seguidos  de coma (aunque a veces sólo van precedidos de punto y coma).

 

       Entre los más comunes de estos adverbios que se usan como ilativos, tenemos los siguientes: generalmente,  frecuentemente, eventualmente,   ocasionalmente,   usualmente,   esporádicamente, raramente, regularmente, ordinariamente, normalmente, continuamente, principalmente preferentemente, definitivamente, efectivamente, verdaderamente, realmente, francamente posiblemente, seguramente, específicamente, indudablemente, similarmente, etc.

 

Ejemplos:

Como, preferentemente, vegetales y frutas.

Efectivamente, la comedia me parece muy mala.

Generalmente, aquí almorzamos al mediodía; sin embargo, algunas veces lo hacemos a las dos de la tarde.

La juventud urbana inactiva se entrega, frecuentemen­te, a toda clase de experiencias disolventes.

Ser un  maestro responsable es  saber  que todo descansa,  definitivamente,   en  la  elevación  del pensamiento, en la educación.

Existe,  normalmente,  homogeneidad  entre  el  nivel mental y material de los miembros de una  sociedad  y  los placeres que brinda esa sociedad.

Por  entre  los espacios que separan las casas, se veían trozos grisáceos de agua; también, ocasionalmente, los abigarrados palmares.

Llegábamos al  trabajo a las  ocho;  ordinariamente, procedíamos a esa hora a efectuar una  inspección  de la mercancía recibida.

En la madrugada aún había luz en su cuarto; seguramente, se había quedado dormido leyendo.

 

3. También   se   usan  como   ilativos   algunos  complementos  o  locuciones  adverbiales,  como  los siguientes:  de  manera eventual,  de modo eventual, de modo frecuente, de  manera frecuente,  con  frecuencia, en general,  por  lo  general, de manera general, por regla general, de manera esporádica, en efecto, en verdad, en realidad, en definitiva, por eso, por esto, por lo mismo, de hecho, por supuesto, sin duda, en todo caso, en tal caso, en gran parte, en gran medida, en ocasiones, en algunas ocasiones, en raras ocasiones, quizás, tal vez, a lo mejor, etc.

 

Ejemplos:

La madre, de manera frecuente, llamaba al niño desde el portal.

En verdad, no sabíamos qué hacer ese día.

Salió de paseo con ellos, en efecto.

En realidad, no es eso lo que dije.

El  hombre ingenuo  desprecia,  con  frecuencia,  los artificios de la hipocresía; por lo general, no tiene valor para mentir.

La familia se muestra,  de manera frecuente,  incapaz de oponer a esas violencias la estabilidad.

La  juventud  de  un  país  subdesarrollado  es, con frecuencia,  una juventud ociosa;  por lo tanto, hay que darle ocupación.

Ella es más organizada y, por lo mismo, más completa.

 

4. Hay  otros ilativos que se emplean para  expresar orden,   pasos  o  etapas  de  un proceso  o de  una acción.  Éstos  son  muy  importantes para disponer los hechos en el tiempo y para establecer otras formas de secuencia lógica.  Con estos conectores podemos dar más precisión, claridad,  fluidez y,  sobre todo,  continuidad y coherencia al discurso oral y a la redacción.  Los más usados son:  primero,  segundo, tercero, etc.; en primer lugar, primeramente, en segundo lugar, etc.; ahora,  luego, entonces, después, seguidamente, posteriormente; simultáneamente,   a la vez,  a la par que,  al mismo tiempo, conjuntamente, entre tanto, mientras tanto, además, también, por un lado, por otro lado, por otra parte, de otra parte; finalmente, para finalizar, en fin, por último, en  último lugar, para terminar, para concluir, en conclusión, en resumen, en síntesis. 

   

          Estos  ilativos  también aparecen  en  diferentes posiciones  en  la oración y son muy usados como enlaces extraoracionales:

 

Ejemplos:

Su comportamiento fue el  menos  adecuado:  en primer lugar, siempre llegó tarde; en segundo lugar, todo lo hizo a medias; y por último, se robó varios  utensilios de la oficina.

 

Primero se sentó sobre la roca;  luego,  apoyó en sus manos  la cabeza;  después,  paseó sus miradas por la desolación que lo rodeaba; y finalmente, miró,  a lo alto, las nubes y la luna roja.  Entonces comprendió­.

 

Primeramente,  sazone  los trozos de pollo con sal  y pimienta.  Luego,  caliente  la  mantequilla  en  una cacerola gruesa y fría los trozos de pollo hasta que estén  dorados por ambos lados.  Después,  vierta  la grasa  de  la  cacerola en otro recipiente.  Seguida­mente, añada a la cacerola el caldo de pollo,  el zumo y la cáscara rallada de naranja.  Finalmente,  tápelo todo y déjelo hervir a fuego lento durante treinta o cuarenta minutos.

 

5.Se agregan a la lista de ilativos algunas expresiones usadas para ejemplificar o ilustrar: por ejemplo, como ejemplo,  para ejemplificar,  verbigracia,  así,  de modo semejante,  a manera de ilustración,  a modo de ilustración, como muestra, como prueba, por dar un ejemplo, etc.

 

6. Hay  ilativos que poseen carácter inclusivo: inclusive,  incluso,  también,  como también, además,  además de, así como, al igual que, lo mismo que. Otros denotan aspecto modal: así, de esta forma, de este modo, de esta manera, de igual modo, del mismo modo que.

 

Ejemplos:

  Todos pueden irse, incluso los que no han terminado.

  Recoge todos éstos, además de aquéllos.

  Participarán todos los varones, al igual que las niñas.

 

7. Otros ilativos  constan  de dos expresiones discontinuas que funcionan a  manera  de  correlativos: “no  sólo...   sino (que) también,     por un lado...  ( y)  por (el) otro,    por  una parte ...   por  otra, desde...   hasta”.

 

Ejemplos:

  No sólo barrió la sala, sino también los cuartos y el portal.

  Por un lado, no tenía muchos recursos; por el otro, no había tiempo suficiente.

  Vendían desde reliquias, piedras y objetos exóticos, hasta radios, televisores y modernas computadoras.

 

8. En  algunas ocasiones (por lo general en  oracio­nes breves)  la coma  es opcional en las expresio­nes ilativas.   Ejemplos:

 

  Sin embargo lo resolvieron.

  Sin embargo, lo resolvieron.

  En consecuencia se quedó en casa.

  En consecuencia, se quedó en casa.

  Frecuentemente actúa así.

  Frecuentemente, actúa así.

  En realidad  ese vestido no me gusta.

  En realidad, ese vestido no me gusta.

  En verdad es una buena muchacha.

  En verdad, es una buena muchacha.

EL PUNTO Y COMA (1)
EL PUNTO Y COMA (2)
PUNTUACIÓN DE LOS ILATIVOS

LOS DOS PUNTOS

 

1. Antes de resumen, explicación, causa o consecuencia

 

         Los dos puntos preceden a un juicio o proposición  que  extrae un resumen o conclusión,  es explicación, aclaración o declaración, es causa o es consecuencia de lo que se  ha dicho  anteriormente.  Los dos puntos van en lugar del nexo que se omite.

        Cuando los dos puntos expresan conclusión o resumen,  pueden conmutarse por  las  expresiones  "en  conclusión",  "en resumen"; cuando expresan aclaración o  explicación,  por  las  expresiones “es decir", "esto es", "o sea";  cuando preceden a una causa, por la   conjunción  causal  "porque";   y  cuando  preceden  a   una consecuencia, por la conjunción consecutiva "por lo tanto".

 

Ejemplos:

 

          Estudiar y trabajar para producir: he aquí el secreto de todas las glorias.  = conclusión o resumen.

          La palabra refleja nuestra vida interior; revela, por decirlo así,  la intimidad de nuestra conciencia:  es parte de nosotros

          mismos.  = conclusión o consecuencia

          La inteligencia nació mujer: es curiosa, inconstante, móvil, aguda inquieta. =  explicación o causa

          Quiero que sepan una cosa:  jamás me he visto involu­crado en robos.  = explicación

          Te diré lo que ocurrió: todos nos opusimos a ese proyecto.  = explicación

          No  tiene  fondos  bancarios:  su cuenta  muestra  un sobregiro.   = explicación o causa

          Faltaba lugar para más papeles:  los archivos estaban atestados.  = explicación o causa

          No hay nada más repugnante que la embriaguez: degrada al hombre.  = explicación o causa

          En  este  mundo traidor nada es verdad ni es mentira: todo es  según el  color del cristal con que se mira.   = causa o

          explicación

          Era tarde;  estábamos lejos: decidimos no ir al cine.   = consecuencia

          Está muy agotado: no irá a trabajar hoy.   = consecuencia

          Aún era temprano: no necesitaba correr.  = consecuencia

          Unos oían la radio; otros veían televisión; el resto conversaba: ninguno me prestaba

          atención. =  resumen o conclusión

 

Observaciones:

 

1.1. Un   enunciado   puede   comprobarse   o   explicarse   ya   sea   con   una   frase,  con una proposición, o con varias frases o proposiciones:

          No  aflige a los mortales vicio más pernicioso que el juego:  por él,  gentes muy acomodadas han venido a pa­rar  en  la  mayor miseria, y aun en el patíbulo; por él, además  del caudal, pierde el hombre la vergüenza y hasta la estimación de sí propio.

 

1.2. Generalmente coinciden la causa y la explicación.  Siempre que un juicio es causa, es explicación; pero no siempre que es explicación es causa,  como puede observarse en los ejemplos cuarto y quinto del punto 1.1.

 

1.3. Cuando se invierte el orden de una oración con dos puntos en la que el segundo juicio era una conclusión o resumen,  el nuevo segundo juicio será ahora una explicación; obsérvese:

 

          Estudiar y trabajar para producir:  he aquí el secreto de todas las glorias. 

          He aquí el secreto de todas las glorias: estudiar y trabajar para producir.

 

 

2. Para abrir o cerrar una enumeración

 

        Es necesario usar los dos puntos para  abrir  o  cerrar una enumeración o serie:

 

          Cuba tiene seis provincias: Pinar del Río, Habana, Matanzas, Las Villas, Camagüey y Oriente.

          Natural, sana y equilibrada: así debe ser una buena alimentación.

          Terremotos, inundaciones y huracanes: ésas son las principales catástrofes naturales.

          Al hacerse el inventario de lo que había en el escri­torio, se encontró lo siguiente:  sobre la  cubierta, había varios

          expedientes; en el cajón superior, había cien  lápices  y una caja de broches;  y en el  cajón inferior, había tres cajas de

          papel carbón.

          Escuchar,  hablar,  leer  y escribir:  esto es lo que debemos aprender.

          La  descortesía  no es un vicio  del  alma,  sino  el efecto   de  varios  vicios:   de  la  vanidad,   del desconocimiento  del 

          deber,  de  la  pereza,  de  la estupidez, de la distracción, del desprecio a los de­más y de la envidia.

          Según  su rango,  los agentes diplomáticos se dividen en  cuatro  categorías:   embajadores,   delegados  y nuncios;

          enviados extraordinarios, ministros plenipotenciarios  e  internuncios;   ministros  residentes; y encargados de negocios.

 

3. Cita textual

 

        Antes de  una  cita  textual,  la cual va entre comillas, es necesario usar dos puntos.

 

Ejemplos:

          Entre las definiciones que hay de  educar, quizás la más clarividente sea la de Platón:  "Educar es dar al cuerpo y al alma

          toda la belleza y perfección de que son susceptibles."

          Se  atribuyen  a Benito Juárez  estas  palabras: "El respeto al derecho ajeno es la paz”.

 

      Las citas textuales se transcriben literalmente, idénticas a como aparecen en el texto o a como fueron dichas.

 

4. Encabezamiento de cartas y otros documentos

 

         Se  usan  dos puntos en las cartas, después  de las fórmulas de saludo;  en decretos, sentencias, edictos,  memoriales,   certificaciones,  memorandos,  discursos, solicitudes, declaraciones y otros documentos jurídicos y administrativos, después del verbo con que finaliza el objetivo fundamental, moti­vo o  fundamento con que se empieza,  sobre todo si al verbo sigue una enumeración.  Veamos una  lista  de las formas más usadas después de las cuales se deben marcar  los dos puntos:

 

          Excelentísimo Señor:

          Respetada Señora:

          Querido amigo:

          Señores y señoras:

          DECLARA:

          RESUELVE:       

          NOTIFICA:

          DECRETA:         

          CERTIFICA:        

          SOLICITA:

          ORDENA:          

          ESTABLECE:     

          ACUERDA:

 

      En los documentos jurídicos y administrativos, el verbo que precede a los dos puntos debe estar escrito con todas sus letras mayúsculas y la primera palabra del texto que sigue a este verbo se escribe con inicial mayúscula. Ejemplo:

 

CERTIFICA:

     Que Antonia Ruiz...

 

 

5. Después de expresiones usadas para ejemplificar

 

        Generalmente se usan los dos puntos después  de una  palabra  o frase que  señala ejemplificación.  Las más usadas son: “ejemplo”, “ejemplos” “por ejemplo", "verbigracia", "a saber", "así", "de esta manera”, “son los siguientes”, “como los siguientes”, “son éstos”, etc.

 

 

Ejemplos:

 

          Hay animales que viven permanentemente en la selva; por ejemplo:  la pantera, el jaguar, el tapir y otros.

          "Tú" lleva acento cuando es pronombre personal;  ver­bigracia: Tú alcanzaste la meta.

          Hubo múltiples razones para hacerlo, como las siguientes: económicas, morales, psicológicas, políticas, etc.

 

Observaciones:

 

5.1. Antes de estas expresiones la puntuación es opcional: puede usarse coma, punto y coma e incluso punto.

 

5.2. En ocasiones, algunas de estas expresiones no van seguidas de dos puntos.  Ejemplos:

 

          Allí viven varios animales, por ejemplo, carneros y cabras.

          En ocasiones, por ejemplo hoy, no desea levantarse.

          Puedes escribir un texto sobre algún animal curioso; el ornitorrinco, por ejemplo.

 

5.3. En otras ocasiones, la ejemplificación se abre directamente con los dos puntos, sin usar

          ninguna expresión especial:

 

          Hubo múltiples razones para hacerlo: morales, económicas, políticas, etc.

          Tú lleva tilde cuando es pronombre personal: Tú alcanzaste la meta.

 

 

6. Estilo directo

 

         Deben  separarse  con  dos puntos  las  proposiciones  sustantivas  enunciativas e interrogativas  en  estilo directo.  Después de los dos puntos se transcribe textualmente, entre comillas e iniciando con mayúscula, lo que ha dicho o pensado un sujeto dialogante.

 

Ejemplos:

 

          Me dijo: “¿Quieres más té?”

          Pensé: “No me conviene”.

          Mi padre me advirtió: "No abras a nadie".

          Dime: ¿Llegó tu hermano?

          Respóndeme: ¿Irás hoy?

          Me preguntó: "¿Quién vino ayer?"

          Ella dijo: “Lo haré hoy”.

          El  artista respondió:  "Me  esforzaré porque esta presentación sea un éxito".

 

 

Observaciones:

 

6.1. Una cita textual puede expresarse en estilo directo; ejemplo:

 

          Benito Juárez dijo: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

 

6.2. El estilo directo también  puede  expresarse  con rayas  de  diálogo,  cuando  el  comentario  del narrador se hace intercalado o al final de lo expresado por el dialogante. 

 

Ejemplos:

 

          Me  esforzaré  ---dijo  el   artista---  porque  esta presentación sea un éxito.

          Me esforzaré porque esta  presentación  sea un  éxito ---dijo el artista.

 

6.3. Después  de  los  dos  puntos  la  mayúscula  es  obligatoria  en los encabezados de documentos, en el estilo directo  y en la cita textual  (si  lo citado empezaba con mayúscula).   En  las  demás ocasiones,  la mayúscula sólo es obligatoria si se empieza con nombre propio.

LOS DOS PUNTOS

EL PUNTO

 

     La Real Academia Española estipula lo siguiente sobre el punto:

 

“Hay tres clases de punto: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.

 

    --El punto y seguido  separa  enunciados  que  integran  un  párrafo.  Después de un  punto y seguido se continúa escribiendo en la misma línea. Si el punto está al fin de renglón, se empieza  en el siguiente sin dejar margen. Por ejemplo:

 

             Salieron a dar un breve paseo.  La mañana era espléndida.

 

    --El punto y aparte  separa dos párrafos distintos,  que suelen desarrollar,  dentro de la unidad del texto, contenidos diferentes.  Después  de punto y  aparte  se  escribe en  una  línea dis­tinta.  La primera línea del nuevo párrafo debe tener un mar­gen mayor  que  el resto de   las  líneas que lo componen,  es decir,  ha de quedar sangrada. Por ejemplo:

 

                El mar estaba embravecido aquel día.  Los barcos bailaban sobre el agua  sorteando las olas con dificultad.

              Miguel, sentado en el muelle, esperaba el regreso de su padre. Atisbaba el horizonte buscando ansioso su barco con la mirada.

 

   --El punto final  es  el  que cierra un texto.”  (RAE 99, pág. 56)

 

 

         En síntesis, el punto y seguido separa las  oraciones que  forman un párrafo,  el punto y aparte señala el final de los párrafos de un escrito completo y el  punto final marca el final del escrito completo. Pero conviene ampliar un poco la información sobre el punto y aparte y el punto y seguido.

 

        El punto y aparte, al marcar el final de un párrafo, da paso a un aspecto nuevo o diferente en cuanto al desarrollo de la idea central o principal de un escrito completo o total.  En cada párrafo se desarrolla una idea independiente (ideas secundarias).

 

        El punto y seguido separa, dentro de un mismo párrafo, enunciados (oraciones) que están relacionados entre sí, aunque no de modo inmediato (desarrollan una misma idea, la idea esencial del párrafo). El que escribe lo usa porque necesita agregar otras informaciones al párrafo para completar o desarrollar plenamente la idea esencial. 

 

Recomendaciones para el uso del punto y seguido:

 

1. El  uso del punto y seguido depende  del  contexto (del tipo de escrito, de las ideas que

forman el párrafo y del estilo).

 

2. Para  usar  correctamente el  punto y seguido,  es  necesario  tener  claro  que  la oración

es una  unidad se­mántica,  sintáctica y morfológica; se usa punto,  pues,  al completar una

idea y pasar a otra.

 

3. Si una  oración  se  hace  extensa  y/o  confusa,   es  mejor  usar  punto y  empezar  una

nueva oración.

 

4. A veces el uso del punto y coma determina el uso del  punto y seguido:  si varias proposiciones que  forman  una  unidad comunicativa se separan  por  punto y coma,  al  empezar  otra unidad  debe usarse obligatoriamente el punto.

 

5. Si  en  un párrafo hay idea  principal  e  ideas secundarias (o idea secundaria e ideas terciarias),  lo  más  común  es  que  se  separe  la  idea  central  de  las  secundarias  mediante  el  punto;  y también es  obvio  que  se  separen unas  de  otras  las  ideas secundarias  con  puntos.  Aunque puede aparecer  la  idea  principal  seguida  de  dos puntos  y  las  ideas  secundarias  separadas  por coma o por punto y coma, según la extensión y complejidad del párrafo.

 

       Tanto el uso del punto y seguido como el del punto y aparte dependen del tipo de escrito, de la estructura interna del escrito completo, de la estructura del párrafo, del estilo y hasta de la apreciación subjetiva del que escribe.

       La elección entre un punto y seguido y un punto y aparte puede resultar una decisión subjetiva debido a que, en muchas ocasiones, no es fácil determinar si lo que seguimos desarrollando es la misma idea (y, por tanto, debemos usar punto y seguido) o si se trata de una nueva idea (y, en tal caso, debemos usar punto y aparte).

      Lo importante es usar estos signos de manera que contribuyan a la coherencia, claridad y continuidad del escrito,  y no utilizarlos caprichosamente.

 

     Veamos, finalmente, un pequeño escrito completo que ilustra el uso adecuado del punto y seguido, el punto y aparte y el punto final:

 

“Los dibujos animados japoneses ocupan hoy, en mu­chos países, gran parte del tiempo programado en televisión para los espacios infantiles y juveniles.  El esque­ma se repite en todas partes.  Por la mañana temprano y a media tarde, los jóvenes pasan su tiempo acompaña­dos por superhéroes y monstruos creados por la fanta­sía japonesa.  Hasta se ha llegado a hablar del peligro de los ojos rasgados.

 

            Lejos de reflejar mundos idílicos y de poco conte­nido, los programas japoneses plantean problemas serios que, según muchas personas, no debieran ver los niños.  También apelan a los sentimientos y abordan con poco cuidado temas controvertidos y complejos como el sexo y la violencia.  A muchos preocupa, sobre todo, la excesiva violencia que muestran estos personajes armados de rayos y centellas.

 

La responsabilidad, sin embargo, no recae exclusiva­mente en los productores japoneses.  Ellos se cuidan mu­cho de pulir sus historias de acuerdo con el público al que van dirigidas.  Cada serie debe pasar múltiples estudios muy precisos.  El objetivo es determinar su público receptor.

 

Al parecer, el problema está en los canales de los países que trasmiten los dibujos animados.  Se ha com­probado que historietas creadas para una audiencia adolescente se trasmiten en horario infantil.  Incluso se ha llegado a detectar que ciertos programas preparados para adultos se han emitido en el horario de la programación para niños”.      (Peronard T.  et al.  94,  pág. 107)

 

 

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(Peronard T.  et al.  94,  pág. 107) PERONARD T., Marianne  y  otros. Programa L y C: Leer y Comprender 2.  Edit.  

           Andrés Bello, Santiago de Chile, 1994.

(RAE 99, pág. 56)  Real Academia Española.   Ortografía  de la Lengua Española.  Edición  revisada  por las

           Academias de la Lengua Española, Edit. Espasa Calpe, S. A., Madrid, 1999. Impreso  en julio de 2001.

EL PUNTO

LOS PARÉNTESIS 

 

1. Datos o precisiones

 

         Se usan los paréntesis para  encerrar  datos o precisiones sobre el tema del que se habla: nombres,  lugares,  fechas, significado de siglas, explicaciones  de  abreviaturas, nombres científicos, definiciones  o  explicaciones de expresiones  extranjeras, referencias, pasajes determinados de un libro, un autor u obra aludidos, acotaciones en obras de teatro y otros datos o notas.   Ejemplos:

 

  Carlos  V (D. Juan de  Austria) era llamado "El  hijo del rayo de la guerra".

  Parece  que en Teos (Asia Menor) todos los grados  de la  enseñanza  eran sufragados por el gobierno en  el  

  siglo XIII.

  El  Lazarillo de Tormes (1554) es la primera novela picaresca española.

  Ya  en  los tiempos de los Antoninos (siglo  XII)  el Estado gravita con una antivital supremacía sobre  la

  sociedad.

  Una ONG (organización no gubernamental) ha de ser, por principio, una asociación sin ánimo de lucro.

  La  loc. adv. (locución adverbial) es una frase inva­riable.

  El  lobo  (Canis  lupus)  es  uno  de  los  grandes cazadores del territorio del Yukón canadiense.

  La dactilografía (escritura a máquina) es muy útil.

  Como  dijo  César,  “Alea iacta est" (La suerte  está echada).

  En cuanto a esta función de los paréntesis, la Real Academia aclara que se usan “Para intercalar algún dato o

  precisión” (RAE  99,  pág. 73).

  Se  ha  anunciado  (Ya,   14-1-80)  que  la nueva autopista se inaugurará en mayo.

  Sobre el combate del águila y la serpiente (Ilíada, XIII, 200 ss), hay un buen análisis en la obra de...

  “Más obran quintaesencias que fárragos” (Gracián).

  Luego  vino  la obra de Bonilla,   Erasmo en  España (1907).

  Don Sebastián,  a su socio (aparte, en voz baja):  ---Esto se está poniendo peor cada día.

  José Martí (1835-1895) fue uno de los iniciadores del movimiento modernista en la literatura.

  Antes  dijimos  (véase  pág.  98)  que  ésta  es  una excepción.

  He recibido la cantidad de mil (1.000) balboas.

  Valle  Inclán,  en su  Sonata de Otoño  (pág.  191), escribe en períodos cortos.

 

2. Expresiones incidentales o aclaratorias

 

        Se usan  los  paréntesis para encerrar las expresiones incidentales o aclaratorias que interrumpen el senti­do  y  giro del discurso, sobre todo si éstas son largas o constituyen digresiones que tienen escasa relación con lo anterior o posterior.   Ejemplos:

 

  El  teniente Juárez (este gran personaje nació en plena Revolución Mejicana) fue un hombre enigmático y

  severo.

  Las  vacaciones (¡siempre son tan agradables!,  ¿no?) empezarán pronto.

  Era  un  libro de mi infancia (acaso de la de  muchos niños)  y relataba una serie de historietas ejemplares más o

  menos truculentas.

  Él  fue  quien  lanzó esa calumnia (Dios se  lo  haya perdonado), con el único propósito de desacreditarme.

  El padre de Telma (en su juventud fue un eminente científico) parecía un estatua parado a la entrada de la

  puerta.

  Para  conseguir  lo  que  se  proponía  (terminar  la carrera,  ingresar en un hospital y especializarse en

  Pediatría), no escatimó esfuerzos.

  La  obra  del  doctor  Marañón  (destacado  médico  y escritor) demuestra que es posible el cultivo  simul­táneo

  de las letras y de las ciencias.

  En  la  "Gaceta  Oficial" (el  gobierno  imprime  una diariamente) salió ayer el decreto.

  En  aquel  año  (me  refiero al  1776)  se  abría  un capítulo importante para la historia.

  He pedido vino de Guadalajara (la de España, no la de Méjico).

  Esas importantes reuniones (la última duró casi seis horas sin ningún descanso) se realizan en el salón principal

  de la empresa.

  La  buena educación (esto es indudable)  facilita  el triunfo del ser humano en la vida pública.

  Invertimos mucho en publicidad de prensa (la televi­sión es más costosa) y el resultado fue halagador.

  Decididos  a  tal  aventura  (que,   por  cierto,   hubiera  parecido   una  insensatez  a  cualquiera),  arrostramos

  todos los peligros.

  Ella  dijo que era un error (y creo que estaba en  lo cierto)  proceder de esa manera.

  Los  buenos amigos (que son muy pocos) se conocen en la desgracia.

  Cuando  leía a esas horas (ya de madrugada), entendía todo mejor.

  Mi hermano ha descubierto (¡gran descubrimiento!) que le conviene estudiar un poco más.

  Me  ha causado gran satisfacción (mejor dicho,  honda alegría) enterarme de esa noticia.

  Asegura  que dijo aquello sin mala intención  (y  tal vez  fue  así),   pero  todo  el  mundo  entendió  lo contrario.

 

Observaciones:

 

2.1. Al  igual  que  los  paréntesis,   pueden  usarse  las rayas (Cf. 5.3.)  cuando  lo  que  se  explica  o aclara es una digresión o tiene  escasa conexión con el resto del mensaje principal; es decir,  para encerrar explicaciones marginales que interrum­pen el sentido de lo que se está diciendo. Su utilidad es facilitar  la claridad del escrito. 

 

2.2. Se  hace  más  necesario  todavía  el  uso  de  los  paréntesis  o  de  las  rayas  cuando  hay  una aclara­ción  dentro de la cual aparecen comas u  otros  signos  de  puntua­ción;   en  estos  casos su uso es imprescindible para facilitar  la correcta interpretación del mensaje:

 

Lo  que  hicimos  ese  día (algunos compramos frutas, galletas,  objetos  de cerámica y discos;  los  demás solamente tomaron fotos)  no  tuvo  gran importancia.

 

2.3. Si  hay  una  enumeración  y  alguno de sus  constituyen­tes requiere coma interna porque  lleva una  explicación  u  otra   serie re­ferida a él,   dicha  explicación  o  serie  puede  hacerse  entre paréntesis.  Si no se usa el parénte­sis  y se prefieren las comas,  deben separarse  con punto y coma  los elementos  de la  serie principal.   Ejemplos:

 

   Las  diferencias  que  observamos  en  el  teatro  de Alarcón, respecto del teatro del Siglo de Oro, se de­ben a su tono moralizador, a su gran moderación y sen­satez (las cuales,  en cuanto a ideas y sentimientos, podemos  calificar de burguesas),  y a su cuidada cons­trucción interna.

   Las  diferencias  que  observamos  en  el  teatro  de Alarcón, respecto del teatro del Siglo de Oro, se de­ben a su tono moralizador; a su gran moderación y sen­satez,  las cuales, en cuanto a ideas y sentimientos, podemos  calificar de burguesas;  y a su cuidada  cons­trucción interna.

   Para calificar a un empleado, hay que tener en cuenta varios  aspectos:  unos  de índole  moral  (honradez, lealtad) y otros de naturaleza intelectual  (racioci­nio, agilidad mental, memoria suficiente).

   Compramos   frutas  (uvas,   manzanas   y   cerezas), legumbres  (zanahorias, nabos  y  rábanos), guisantes (ajo, cebolla, ají  y  perejil)  y  cereales  (trigo, centeno, avena y cebada).

 

2.4. Los  signos  de  puntuación  que  corresponden  al  enunciado  en  el  que  se  inserta  el  texto  entre paréntesis, nunca deben escribirse antes del paréntesis de apertura: se colocan siempre después del cierre.  Eliminando la aclaración parentética, podremos  determinar con  más  facilidad si va algún signo de puntuación  después  del paréntesis (o de las rayas).  Ejemplos:

 

  Tenía varios hermanos (era el primogénito de una numerosa familia), pero no los veía desde hacía años.

  Guillermo,  que fingía dormir en su diván (ante  todo por su seguridad),  estudiaba al mismo tiempo la lec­ción.

  Lo que hicimos ese día, que fue un día muy caluroso y soleado (algunos compramos frutas,  galletas, objetos de

  cerámica  y discos;  los demás solamente  tomaron fotos), no tuvo gran importancia.

  Lo  que  hicimos ese día,  o sea,  el día  del  paseo (algunos compramos...), no tuvo gran importancia.

  ¿En qué año se creó la ONU (Organización de las Naciones Unidas)?

 

2.5. El texto que va entre paréntesis posee una puntuación independiente.  Ejemplos:

 

Catalina Ibáñez (si la conocieras bien, no te caería tan mal) es la nueva directora de esta empresa.

La manía de Ernesto por el coleccionismo (lo colecciona todo: sellos, monedas, relojes, plumas, llaveros...) ha convertido su casa en un almacén.

Su facilidad para los idiomas (¡habla con fluidez ocho lenguas!) le ha abierto muchas puertas.

 

2.6. Si  la  aclaración  que  va  entre  paréntesis   está   en   medio  de  la  oración,   no  es  necesario usar punto  al final de dicha aclaración,  aunque constituya otra ora­ción completa. Si la aclaración va al final de la oración  (en la cual se ha marcado ya el  punto) y constituye otra  oración,  debe escribirse el punto  al final de la aclaración, dentro del parén­tesis; en este caso, además,  debe  iniciarse  con  mayúscula  la aclaración.  Ejemplos:

 

  Los estudiantes que hicieron el trabajo (me refiero a la  investigación  de Historia) deberán exponerlo  el

próximo martes.

  La originalidad de la invención (puede haberla  tam­bién en la  disposición y en la elocución)  consiste, normalmente,  en  apelar a la propia experiencia,  en presentar las cosas a una luz tan personal, tan llena de sentimiento propio,  que el lector sienta  aquello como auténtico.

  En  general, querer  salirse del sentido  común  para escribir,  es condenarse de antemano a escribir cosas sin  sentido.  (Es lo que  ocurre,  por ejemplo,  con algunos escolares que, para exponer cómo es el Siste­ma  Solar o cómo se realiza la digestión,  fingen  un sueño  en  que Dios mismo les revela aquellos  prodi­gios.)

 

2.7. A  veces   se   hace   necesario  usar   rayas  y   parénte­sis   en   una   misma  oración.    Si hay expresiones incidentales o parentéticas que encierran otras del mismo tipo,  conviene  hacer uso de las  rayas. Ejemplos:

 

   Desde  que  ocurrió aquel crimen (fue hace  dos  años --¡todavía me acuerdo!--, cuando no vivía aquí), no he vuelto a salir de casa por las noches.

   Después  de  este  descenso  a  su  mundo  y  a   sus soledades,  tal  vez usted deba renunciar a llegar  a ser  poeta.  (Basta sentir ---como queda dicho--- que se podría vivir  sin escribir,  para no permitírselo en absoluto.)

   En  cuanto al nombre de nuestro idioma, el  problema (que alcanzó gran virulencia en Hispanoamérica, donde hoy  se ha extinguido prácticamente:  unos países --entre ellos,  Méjico-- llaman  “español” al idioma en su  Constitución;  otros,  “castellano";  y  algunos, simplemente,  “lengua  nacional") se  recrudeció  con ocasión de los debates constitucionales.

   En la novela El Ahogado, Solarte nos brinda (al pintar el paisaje de Bocas del Toro y sus gentes –mayoritariamente negros de origen antillano, vistos con contagiosa simpatía) páginas de gran belleza.

LAS RAYAS

 

 

1. Diálogo

 

         La  raya  o  guion  largo   debe  usarse   en   las  formas  dialogadas  antes  de lo  que  dice  cada dialogante:

 

            ---¿Cómo te llamas? ---preguntó el capitán.

            --Andrés Ruiz ---respondió el soldado.

            ---¿De dónde eres?

            ---De Cochabamba.

 

        Si a la intervención del dialogante sigue un comentario del narrador, debe usarse una segunda raya, como ocurre en el diálogo anterior.

 

 

Observaciones:

 

1.1. En las  obras de teatro  se anota al principio,  cuando es ne­cesario,  el nombre o la identificación de cada

     dialogante:

 

            El capitán ---¿Cómo te llamas?

            El soldado ---Andrés Ruiz.

            ---¿De dónde eres?

            ---De Cochabamba.

            ---Pareces muy agitado.

            ---Un poco. Es el calor, creo.

            Antonia ---¿Llegó el nuevo soldado, Capitán?

 

1.2. A veces se usan dos puntos o punto después del nombre o identificación del dialogante:

 

            El capitán:  ---¿Cómo te llamas?

            El soldado:  ---Andrés Ruiz.

 

 

2. Estilo directo en forma de diálogo

 

         El estilo directo, que a veces se expresa con dos puntos (tema 3.6.), puede expresarse también con rayas, en forma dialogada.  Se usan rayas cuando se transcribe lo que un dialogante ha dicho o pensado y el narrador hace el comentario en medio o al final de lo transcrito.

Ejemplos:

 

  Tus  proyectos ---dijo el anciano--- merecen cumplir­se.

  No vayas hoy ---me dijo mamá— al cine.

  Pronto llegarán ---pensaba Juan--- los meses de vera­no.

  Eso no me conviene ---pensaba indignada la madre.

  El  Real  Madrid  es un fuerte  aspirante  al  título ---dijo el entrenador.

 

Observaciones:

 

2.1. Si el comentario del narrador se hace al final  de lo transcrito,  se omite  la  segunda  raya,  como ocurre  en   los  dos  últimos  ejemplos  dados.  Pero  deben  mantenerse  las  dos  si  continúa  la intervención del dialogante, aunque haya que usar otros signos de puntuación:

 

  Sí iré –respondió--, pero no sé cuándo.

  Eso es mentira --afirmó él--,  y puedo demostrarlo.

  Tal  vez  lo consiga --comentó Esteban--;  pero  no creo que le sea fácil.

  Puedo asegurarlo --exclamó--:  estuve allí.

  ¿Qué quieren? --les pregunté--.  ¿Qué buscan a estas horas?

  Lo principal es sentirte viva –añadió Pilar--.  Afortunada o desafortunada, pero viva.

 

2.2. Hay quienes usan comas o paréntesis, en  vez  de rayas,  para  el  estilo  directo  en forma  de diálogo:

 

  Tus proyectos, dijo el anciano, merecen cumplirse.

  Pronto llegarán (pensaba Juan) los meses de verano.

      

  En estos casos lo más recomendable es usar las rayas.

 

 

3. Expresiones incidentales o aclaratorias

 

         Se  usan  las rayas (o los paréntesis) al  principio  y al final  de  expresiones incidentales que poseen escasa conexión con el período cuyo decurso interrumpen. 

 

Ejemplos:

 

  Los celtíberos ---no siempre habían de ser juguete de Roma--- ocasionaron la muerte de muchos Escipiones.

  Cuando  tenemos  que utilizar la coma después de  las rayas  ---que,  como veremos luego,  cada  día  ganan

  terreno  a  los  paréntesis---,    suelen  presentarse dudas.

  Toda  realidad  humana ---y no  conocemos  otra--- es limitada.

  Pero  el  nacionalismo  ---salvo  en el  caso  de  un Dvorak,    músico   universal--- se   afianzaba   en

  detrimento de lo técnico.

  Cada cosa  ---tómese la palabra en su más amplio sen­tido--- es algo que se puede desear, intentar, hacer,

  deshacer, encontrar, gozar o repeler.

  La  guerra le parecía una cosa bárbara ---lo cual es rigurosamente  verdad--- y  la  barbarie  le  parecía

  absolutamente mal ---lo cual no es ya tan evidente.

  Suponed  que  la mano ---me avergüenza  decirlo--- os haya sido dada para matar.

  La masa ---¿quién lo diría al ver su aspecto compacto y  multitudinario?--- no desea la convivencia con  lo que

  no es ella.

  El  descubrimiento ---sin duda glorioso y esencial--­ de  lo  social,   de  lo  colectivo,   era  demasiado reciente.

  Esperaba a Emilio –en ese tiempo era mi mejor amigo--.  Lamentablemente, no llegó.

LOS PUNTOS SUSPENSIVOS

 

 

      Los  puntos  suspensivos, como su nombre lo indica, expresan suspensión, interrupción del discurso o un final impreciso.  Señalan  una pausa firme,  larga,  que sugiere algo incompleto  o indefinido.  La  interrupción  del discurso obedece a  diferentes razones.  Los usos más frecuentes son los siguientes:

 

1. Para interrumpir una enumeración

 

        Se  usan los  puntos suspensivos  para interrumpir una enu­meración.  Al final de una enumeración abierta o incompleta, este signo tiene el mismo valor que la palabra “etcétera”.

 

Ejemplos:

 

  Numerosos  son los grandes caudillos de la  historia: César, Napoleón, Felipe II...

  Lo llamé,  le escribí cartas,  le... Todo fue inútil: no liquidó la deuda.

  Le   gustan  las  naranjas mandarinas, las uvas moscateles, los higos morados...

  Fueron  muchísimos los que participaron: Sofía,  Néstor, Esther...

  Hicieron de todo en el  acto:  declamaron,  cantaron, bailaron...

  Cuando decidas los colores, las telas, la cantidad..., ven a verme y haremos el presupuesto.

 

 

2. Para sugerir una emoción o para sorprender

 

        Se hace uso de los puntos suspensivos para sugerir  una emoción (expresar duda o vacilación, temor, asombro) o para sorprender  al  lector con algo inesperado (generalmente por contraste con algo que se  ha dicho anteriormente).

 

Ejemplos:

 

  Estoy pensando que... aceptaré; en esta ocasión debo arriesgarme.

  El caso es que si llueve... Mejor no pensar cosa tan improbable.

  No sé... Creo que...; bueno, sí, me parece que voy a ir.

  Pensándolo bien...: mejor que no se presente.

  ¿Me habrá traído los libros?... Seguro que sí.

  Si llega la fiera... ¡Oh, no!

  No me digas que te negó... ¡Te negó su ayuda!

  No me decidía a estrechar la mano de un... asesino.

  Colaboró,  ayudó,  luchó por todos y...  lo dejaron  cesante.

  Empiezo  a comprender por qué la quería y por  qué...  le pegaba.

  Abrió tranquilamente  la puerta y...  ¡Qué horror!...  Ahí estaba el espectro.

  Organizaron todo durante un mes; y el día del evento... nadie fue.

 

      Como puede observarse, cuando los puntos suspensivos cierran un enunciado, se escribe con mayúscula después de ellos; cuando no cierran un  enunciado, se continúa con minúscula.

 

 

3. Para suspender la transcripción de citas textuales

 

        Se  usan  los  puntos suspensivos para  interrumpir  la transcripción de citas textuales, sentencias o refranes cuando no es necesario trasladarlos íntegramente.

 

Ejemplos:

 

  Cervantes empieza su magistral obra así: “En un lugar de la Mancha...”

  El refrán dice así:  “Quien da primero...”

  Analice  el  monólogo de Segismundo que  empieza  con estas  palabras: "Sueña el Rey que es rey y vive...”

  La  carta  termina  de  esta  manera:   “...y  espero verte  el  mes  próximo".

  No olvides aquello de "La patria es ara...”

  En ese momento de indecisión, pensé: “Más vale pájaro en mano...” y acepté el dinero.

 

 

4. Para dejar un enunciado incompleto y en suspenso

 

        Usamos  los   puntos  suspensivos  para dejar un enunciado incompleto y en suspenso.  A veces los usamos porque no  queremos terminar lo que sigue,  ya que es innecesario o muy extenso o muy obvio;  también,  por reticen­cia  o  porque  es desagradable;  otras veces los usamos  debido a  que  no podemos  terminar lo  que sigue,  pues no lo sabemos o no lo recordamos.

 

Ejemplos:

 

  Entré al cuarto y, de pronto,... Para qué entrar en detalles.  Ya te he dicho lo principal.

  ¡Si te dije que...! Es inútil;  nunca haces caso a nadie.

  Me has hecho pasar un mal rato.  Te busqué por  todas partes y tú... Ya te daré yo...

  Sí, lo respeto mucho, pero...

  No  creo  que esté mal,  pero...   Bueno, el tiempo lo dirá.

  No parece un agiotista; parece un...

  Abrí la puerta del depósito y... Mejor hablemos de otra cosa.

  Fue todo muy violento, estuvo muy desagradable... No quiero seguir hablando de ello.

  Quizás no pueda... Tendré que pensarlo.

  Ella quiere pasar por erudita, mas...

  El  mozo  de limpieza recogió...,  echó aserrín  y  se llevó al animal.

  Comió demasiado, se sintió mareado y...

  Engañó,  desfalcó  y hasta...  Menos mal que ya  está entre rejas.

  Se equivocó al dar un cambio, olvidó un asiento en el libro de caja,  fechó mal un par de cartas, etc. ¿Qué

  más necesitamos para...?

LAS COMILLAS

 

      Se  utilizan  las comillas para  encerrar  citas  textuales, títulos de obras y expresiones que se desean resaltar. 

 

            Entre  los  tipos  más  frecuentes  de  expresiones  que  se resaltan con comillas tenemos: nombres de entidades comerciales o sociales,  marcas  de  productos,  voces o frases  extranjeras  o nuevas en el idioma,  tecnicismos,  voces inventadas, regionalis­mos,  vulgarismos y frases hechas; también expresiones que encie­rran  un significado irónico,  opuesto o diferente al que  tienen realmente  y,  en fin,  toda expresión que se desea resaltar  por cualquier razón.

 

            En  vez de comillas pueden usarse el  subrayado,  las  letras negritas,  las itálicas o bastardillas u otro recurso de imprenta para resaltar las palabras, frases u oraciones.

 

            La  imprenta utiliza hoy día diversos tipos de comillas para encerrar expresiones que van incluidas en otras comillas.

 

1. Citas textuales y estilo directo:

 

  César,  antes de pasar el Rubicán,  dijo:   "¡La suerte está echada!"

  Expresó una vez José Martí, aludiendo a la producción hispanoamericana:  “Nuestro  vino,  de plátano;  y si sale

  agrio, ¡es nuestro vino!"

  Dice un refrán español: "El haragán trabaja doble".

  Así  se  enuncia un axioma  inobjetable:  "Dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí”.

  Una  ley de la multiplicación es ésta:  "El orden  de los factores no altera el producto".

  Luis XIV de Francia dijo una vez: “El Estado soy yo".

  Entonces Julio César dijo: "Vine, vi, vencí".

  ¡Cómo ha influido en la posteridad el "Pienso,  luego existo" de Descartes!

  Aunque algunos lo niegan,  la expresión "Hemos  arado en el mar" se atribuye a Bolívar.

  Se  dice  que  cuando  Goethe  (el  gran  pensador  y escritor alemán) falleció,  dijo lo siguiente: "Luz, más luz..."

  "Útil,  para  el  vulgo,  es todo aquello de  que  el egoísmo deriva algún provecho".

                                                                                                 Eugenio María de Hostos

  Ella respondió: “Así fue”.

  Mauro me dijo: “Te lo daré”.

  Sus palabras fueron: “No lo haré”; pero al final nos ayudó.

 

2. Títulos de obras:

 

  Me  regaló  el libro "La rebelión de las  masas",  de José Ortega y Gasset.

  "El Lazarillo de Tormes" es una novela picaresca.

  La  revista "Cuadernos Hispanoamericanos" se  publica en España.

  Los "Cuadernos Americanos" se editan en Méjico.

  No le gustó el "Quijote" de Cervantes.

  Mario Vargas Llosa empezó a ganar fama con "La ciudad y los perros”.

  Un significativo aporte de la RAE es el  “Esbozo  de una Nueva Gramática de la Lengua Española", publicado en

  Madrid (1973).

  En el artículo titulado “El justiciero”, se exponen dos puntos de vista sobre este tema.

  Leyó el “Romance sonámbulo” del Romancero Gitano.

 

3. Expresiones que se desean resaltar por diversas razones

 

3.1. Nombres de entidades y de marcas de productos:

 

  Lo conseguí en la fábrica "La Victoria", de Valdés y González.

  "Icaza y Cía. S.A." hará los trámites.

  Importamos tabacos "El Veguero".

  Abriremos   una   tienda  con  el  nombre   de   "Las Novedades".

  El mejor es el cemento "El Morro”.

  "Capriles" es la mejor joyería.

  La sociedad "Amigos del País" te invita a celebrar la Navidad.

  El grupo "Progreso" presentó una conferencia sobre las cooperativas.

 

3.2. Voces extranjeras o nuevas en el idioma:

 

  La concursante de Noruega era la más "sexy" de todas.

  La  radio informó que el "papamóvil" pasarla  por  la Vía España a las tres de la tarde.

  A veces no es conveniente,  en el baloncesto,  el uso del "dribling".

  Las reses llegaron tarde al "abattoire".

  Hizo  una  “aplicación"  para trabajar en  la  tarde.

  Gracias  al "marketing" podemos hoy planificar  mejor que en tiempos pasados.

  Confiaron en Cárdenas, que era un jugador "amateur".

  Usaba mucho la expresión "¡Au revoin!" (Hasta la vista).

  Después  de marcar el mandato,  ejecute  un  "enter".

  La  computadora  de  mi amigo  Andrés  se  "reseteó".

  Todo  sitio  donde  se  compra,  vende  o  cambia  se denomina "mercado" (del latín "mercatus").

 

3.3. Tecnicismos:

 

  Al  analizar  las  novelas  de  Mario  Vargas  Llosa, debemos  prestar atención especial al "contrapunto" y a la "técnica de los vasos comunicantes".

  Explicó muy bien qué eran los "muscioides",  pero  no dejó claramente sentada la diferencia entre los  "ca­lípteros" y "acalípteros".

  Todas las pruebas realizadas hasta el momento indican que padece de una "hemianacusia" aguda.

 

3.4. Voces inventadas:

 

  El  domingo  pasado nos pasamos todo el día  "cucaracheando"   y  "comejeneando"  por  culpa   del profesor de Biología.

  Les  asignamos  tantas tareas a los  estudiantes  que cualquier  día  de éstos,  no nos extrañemos,  van  a cometer un "profesoricidio".

  Después de que le ayudamos tanto, nos "ninguneó".

  Una de las razones por que no nos gustan las canciones en  español  de  Ray  Coniff  es  porque  todas   son "lalaleadas”.

 

3.5. Regionalismos:

 

  Dejamos  a  los jóvenes de hoy solos en casa  con  la finalidad de que estudien,  pero ellos, en vez de ha­cer eso,

  pierden el tiempo "chibiriteando".

  Cuando lo nombraron de corregidor, hizo toda clase de "otomías".

  Recuerdo  que mi abuelo hacia cruces de "tusas"  para ahuyentar a los murciélagos.

 

3.6. Vulgarismos:

 

  Al  día  siguiente le dijimos a la  "profe"  que  nos explicara nuevamente.

  Criticaba  mucho  a los señores que  siempre  andaban "vacilando" a las jovencitas por las calles.

  Quiso  salir esa noche,  pero se dio cuenta de que se le hablan agotado los "verdes".

 

3.7. Frases hechas:

 

  Tomar  un  bus  después  de las seis  de  la  mañana, significa viajar "como sardina en lata".

  A  los  quince años tuvo una bicicleta,  y la cuidaba “como a la niña de sus ojos".

  Con todo, se casó "toda vestida de blanco, almidonada y compuesta”.

 

      Las frases hechas o “lugares comunes”,  los vulgarismos, las voces  inventadas  al  azar  y los  extranjerismos,  si  bien  son frecuentes en la lengua oral,  son expresiones que deben evitarse en  el  lenguaje  escrito de tipo informativo  que  persigue  una finalidad seria.   Si realmente se hace necesario usarlas, porque se quiere señalar algo que sólo puede precisarse con ellas, seria conveniente escribirlas entre comillas o en letras negritas o en itálicas o subrayadas.

 

3.8. Ironías:

 

  Nunca recibí un ataque tan "caballeroso”, como el  de ese "magnífico orador".

  Me  respondió que un hombre tan “inteligente" como yo no debería perder el tiempo allí.

  Tenía  "tan  poco apetito" que sólo  se  sirvió  tres veces.

 

3.9. A  veces  se  usan las  comillas  para  encerrar expresiones que  ejemplifican algo;  también  se usan cuando, al escribir en el lenguaje corriente, hacemos uso de la función metalingüística.  En fin, corno ya hemos dicho, hacemos uso  de  las  comillas para resaltar expresiones en  las  que  se quiere hacer énfasis por cualquier razón.

 

Ejemplos:

 

  La  palabra "té" se acentúa cuando designa el  nombre de la bebida o de la planta: "Me gusta tomar té”.

  El  autor de esta obra usa mucho las expresiones "muy mal", "muy bien", "excelente" y "pésimo".

  Ella generalmente responde de manera lacónica; por ejemplo: "sí", "no", "jamás", "quizás", "cierto", "claro", etc.

  En ese tiempo odié ciertas expresiones,  como "El sol sale para todos" y  “Con calma, que para todos hay".

  Esto  de  las "comas" y de los "puntos  y  comas"  no acabo de entenderlo.

  Debes usar "punto y coma" y "dos puntos".

  La palabra "muy" siempre tiene función adverbial.

  "Cosa" y "vaina" son nuestros comodines preferidos.

  Los  demostrativos neutros "esto",  "eso" y "aquello" nunca llevan tilde.

  Él dice que se "recuerda" de todo el proceso.

  Me contestó que cuando "haiga" oportunidad lo hará.

  Ya Marcos “se dio de cuenta” por tercera vez.

  Las cosas "gratis" se aprecian poco.

  El arte es "yo"; la ciencia es "nosotros".

  Las  dos palabras más bellas que conozco son  “sí” y “no”.

  Cuando   quiere  hacerse  notar,  dice  “fuistes"   y "vinistes".

  "Vano" quiere decir "vacío".

  Explique cómo es el "proceso narrativo" de esa obra.

  Analice el tema de "la soledad" en ese pasaje.

 

LOS PARÉNTESIS
LAS RAYAS
LOS PUNTOS SUSPENSIVOS
LAS COMILLAS
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